La idea luminosa de Paul MacLean fue definir en 1970 el “cerebro trino”, es decir, “tres computadoras interconectadas”.
MacLean se refiere a computadoras funcionando en paralelo, lo cual incrementa notablemente su capacidad, pues, permite operaciones diferentes de forma simultánea, y esto implica dos o más computadoras integradas al sistema, lo cual difiere de la red que tienen algunas empresas, y de un clúster de varias computadoras, como se ensaya en algunos laboratorios.
Su idea es que el cerebro tiene tres-procesadores-funcionando-de-manera-interconecatada, pero en autonomía. Su propuesta es: un cerebro instintivo en los ganglios basales, y que él llamó cerebro reptiliano; un cerebro emocional en lo que él denominó ‘sistema límbico’, y un cerebro racional ubicado en la corteza cerebral.
A pesar de esta idea luminosa, la propuesta de MacLean ha sido confrontada por importantes hallazgos. Joseph LeDoux demostró la flojedad del sistema límbico, y la necesidad de postular la amígdala del cerebro como un centro del miedo, y no de toda la vida emocional; el caso de Phineas Gage permitió descubrir la corteza prefrontal como un centro de control, y asiento del remordimiento y la culpa, y, Panksepp ha sugerido definir los ganglios basales como un sistema de búsqueda de satisfacciones. Se requiere, pues, una reformulación de la fascinante hipótesis del cerebro trino.
Los estudios recientes en el campo de las neurociencias permiten definir un cerebro tridimensional, tal como he venido sugiriendo. Podemos con mucha seguridad hablar de un Procesador de Alarma (LeDoux), del cual participa la amígdala [cerebral], el locus ceruleus, la norepinefrina, y el eje hipotalamo-hipofisario-adrenal. Igualmente se puede definir un Procesador de Búsqueda (Panksepp), a partir de los ganglios basales, especialmente el nucleo acumbens, y responsable del llamado eje de la recompensa. Finalmente tenemos un Procesador de Control, en la corteza prefrontal, responsable de monitorear los otros procesadores, y vinculado a un eje inmunológico que se ha venido describiendo ultimamente.
Estos ‘procesadores biológicos del cerebro’ se están relacionando hoy con los principales modos de enfermar. Pánico, delirio, cardiopatías, Diabetes, y toritoxicosis, se pueden atribuir a un descontrol del Procesador de Alarma, al eje hipotalamo-hipofisario-adrenal, y al cortisol. Las adicciones son claramente resultante del descontrol del Procesador de Búsqueda y el eje de la recompensa en el nucleo acumbens (ganglios basales). Depresión, tumores, y enfermedades autoinmunes se están relacionando últimamente (psico-neuro-inmunología) con el sistema inmunológico y las citosinas.

A partir de ahora, si se confirman estas líneas recientes de investigación, el médico podría tener que incluir en su arsenal de operaciones, no solo imágenes cerebrales, técnicas de rayos laser, y cirugías robóticas, sino paciencia para ponerse al lado de sus enfermos, y prestar atención a sus emociones y a su vida familiar, algo que nunca debió perderse, por más tecnología que se descubra, pues constituye la esencia de nuestra profesión.