La semana pasada en el salón de actos de la Academia de Ciencias, el Dr. Roberto Fernández de Castro, distinguido cardiólogo y hemodinamista, nos dictó una conferencia verdaderamente magistral, con referencias hasta octubre pasado con todas las encomiendas que las investigaciones más modernas nos recomiendan para preservar la salud de los vasos sanguíneos de nuestro corazón y cerebro. Inició su plática con una cita de la famosa Mafalda la de Quino el argentino: “Lo ideal sería tener el corazón en la cabeza y el cerebro en el pecho. Así pensaríamos con amor y amaríamos con sabiduría”.
En nuestra condición de coordinador de la Comisión de Salud de la Academia, nos correspondió presentar al expositor luego de las palabras del Lic. Milcíades Mejía quien la preside. En la oportunidad pregunté que: ¿Cómo presentarlo, si como el médico graduado con honores, si como el amigo, somos amigos desde nuestra adolescencia, o si como el experimentado cardiólogo que es, en razón de que he sido testigo de su exitoso ejercicio profesional, pues ambos ejercemos en el Centro de Otorrino desde nuestra llegada al país?
Él mencionó que hay factores mecánicos, químicos y conductuales que afectan en primacía a las arterias y venas para producir los infartos y son: hipertensión arterial (la presión alta), la obesidad, la diabetes, la hipercolesterolemia (grasas en sangre), el tabaquismo y el sedentarismo como los principales factores de daño a los vasos. Citó referencias y estadísticas de la más actualizada verdad científica que concluyen que el estrés, la ansiedad, la depresión, la polución, los ruidos, el trabajar en exceso, las emociones fuertes, la falta de sueño, la ira y la envidia se han adicionado como factores de riesgo para dañar los vasos sanguíneos.
Es decir que si vemos estos últimos elementos que se añaden con evidencias científicas actualizadas, nos obliga a pensar en dejar de ser lo que muchos somos, es decir, trabajadores sedentarios y que debemos ser más activos y felices. Demostrado está que los sofocones, envidiar las cosas del otro y el tener una triste existencia con malquerencias y agruras en el vivir deben ser eliminadas, pues la angustia, el insomnio y la tristeza está demostrado que también matan por los daños a los vasos del corazón y el cerebro.
También se refirió a lo nocivo de las comidas “chatarras” y las bebidas dulces y señaló que estas últimas son responsables de más de 184,000 muertes directas. Insistió el expositor, en base a referencias actualizadas, que los trabajos estresantes y sin descansos, esos con altos niveles de ansiedad, pueden aumentar el peligro hasta en un 30% para el chance de un infarto o un “derrame” cerebral.
Todos los factores de riesgo mencionados, lo que hacen es dañar y acortar los “telomeros”, estos son las unidades de nuestro código genético que protegen los cromosomas, es decir que son rectores guías para iniciar la reproducción celular y al estar estos alterados por daños directos o por su acortamiento producidos por esos factores de riesgo o por lo que se llama el “estrés oxidativo” que es como una especie de intoxicación metabólica, que de manera lógica precipita nuestro envejecimiento celular. Resaltó el actualizado charlista, que es obligatoria la educación popular a todos los niveles para tratar de disminuir la alta tasa de mortalidad que representan estas enfermedades del corazón y el cerebro, siendo ellas la razón de muertes más elevada en el universo. En este sentido, el Dr. Fernández tiene unas propuestas muy interesantes sobre esta necesaria educación, la salud vascular y soluciones hospitalarias puntuales que recomendamos revisar. Pueden comunicarse para ello a su correo: fdez.castro@claro.net.do.
La noche culminó con la participación de dos distinguidos miembros de la Academia, los profesores José Joaquín Puello y Antonio Selman Geara, quienes con sus sabias observaciones y comentarios completaron para los presentes un verdadero banquete de medicina actualizada. La misma que se hará en el nuevo centro cardiovascular de Cedimat, el más moderno del Caribe, por ello felicitamos y deseamos el mayor de los éxitos a su administradora, la señora Milagros Ureña, y a su inteligente director médico-cardiólogo, nuestro fraterno César Herrera (Jochi) ¡En hora buena!