El cerebro y la belleza

El cerebro y la belleza

El año está en sus finales, ha sido un período de grandes alegrías y realizaciones profesionales que, al pasar balance, fue fructífero en todos los órdenes. Me motivé tratar este tema, al leer en el periódico ¨El País¨ de Madrid, un artículo firmado por el prominente neurocientista español el Dr. Francisco Mora, donde señala: ¨La belleza es un prodigio del cerebro. Lo bello no existe en el mundo que vemos, oímos y tocamos. No reside en nada que nos rodea. Solo está en la mente de los seres humanos. De hecho la apreciación de la belleza es, en buena medida, producto de la experiencia personal y de la propia educación¨.
Cerré mis ojos y empecé a pensar en algunas de esas cosas bellas que he disfrutado y que deseo compartir con mis amables lectores, experiencias sonoras, visuales, táctiles y sibaríticas. Por ejemplo, escuchar la Orquesta Sinfónica de Londres, en el Centro de Artes de Barbican, interpretando a mi compositor preferido, Mozart, para luego ir a cenar al restaurante Alain Ducassy en el regio hotel Dorchester de Park Lane, elegante zona de Londres. En esta grata experiencia, también tener la oportunidad de degustar su pato a la naranja, con un exquisito tinto Leroy Domaine; vale la pena resaltar que la presentación de sus platos son unas verdaderas obras de arte. Otras bellezas en mi vida la constituyen el haber podido disfrutar del techo de la Capilla Sixtina en el Vaticano, de la Gioconda en el Louvre de París, del David de Miguel Ángel en Florencia Italia, de los Goyas y los Velázquez en el Prado, las pinturas del inglés Charles BlauLeighton enThe National Gallery en Londres, Guernica en Madrid, La persistencia de la Memoria de Dalí en su Museo de Figueras, escuchar la Filarmónica de Viena en el Palacio de la Opera de Austria, disfrutar del lapislázuli y las brisas marinas de nuestro mar Caribe, ver un Oviedo o un Bidó, extasiarme al compartir cariñosamente con mi familia y mis amigos, la sonrisa de mi nieta, deleitarme con la buena música, un buen libro, oír a Neruda, Benedetti, Mármol, ver nuestros pacientes recuperarse, en Ámsterdam en su museo ver el autorretrato de Van Gogh, en el Guggenheim de Nueva York disfrutar un Renoir (La Femme a la Perruche), complacerme con un atardecer de diciembre, recrearme en las montañas nacaradas de Jarabacoa, entre otras experiencias gratas y bellas.
Recuerdo con nostalgia la celebración de mis 50 años, en Barcelona, en esa ocasión me premié con la visita a dos galerías emblemáticas en la bella ciudad española, la Fundación Joan Miró (Esculturas en Movimiento y El Cazador) el Museo de Picasso (Dora Maareu Chat y La Cabeza de Mujer) y luego de todo aquel estímulo visual de gran magnitud, terminé siendo atencionado en el prestigioso Restaurante Drolma, del Hotel Majestic en Barcelona, por el famoso chef Fermi Puig, del que recibí las más exquisitas atenciones: en esa ocasión me brindó unas tapas que todavía guardo el gratísimo recuerdo de esas obras del arte culinario.
La opinión de Francisco Mora: ¨Esa emoción que subyace a la apreciación de la belleza, es la que se expresa en placer ante lo que se ve o se oye. El gozo, el deleite referido a la belleza, es superior y está por encima de aquello más básico (comida, sexualidad, bebidas, juegos, sueños, etc.). Son placeres generados en parte por la cultura que se vive y más allá del cerebro emocional y de su actividad primitiva. Son placeres que nacen de una interacción muy estrecha entre la corteza cerebral humana y el cerebro emocional, por eso ningún otro animal los posee. De esa interacción nace la conciencia, la comprensión, el entendimiento, la razón humana. Sin ninguna duda, la belleza es un fenómeno cerebral que ha cambiado el mundo de los seres humanos y las mitologías y verdades vivas de cada sociedad, cultura o nación. La belleza, que no existe en el mundo, es quizá uno de los grandes prodigios creados por el cerebro humano¨. Con anterioridad el gran Albert Einstein, le había dado la razón: ´Todo aquello que el hombre ignora, no existe para él. Por eso el universo de cada uno, se resume al tamaño de su saber¨. Hoy aceptamos, que la belleza es algo subjetivo, creado por el ser humano y que no está fuera, en el mundo sensorial. Como podemos ver, esa belleza que todos anhelamos disfrutar está ¡en nuestro cerebro!

Más leídas