El cerebro y la conciencia

El cerebro y la conciencia

El Día de los Padres, recibí de parte de la Primera Dama, Dra. Margarita Cedeño de Fernández, un invaluable obsequio, el libro ¨Self Comes to Mind¨, de la autoría de Antonio Damasio, neurólogo,  quien es uno de los más prominentes neurocientistas en la actualidad, director del Instituto del Cerebro y la Creatividad de la Universidad de California.

Este obsequio que mucho agradezco, me ha motivado a iniciar una serie de artículos sobre la conciencia humana, de cómo ella se cimienta en base a las modernas teorías del funcionamiento cerebral. El inglés de la evolución, Charles Darwin, demostró hace siglo y medio que el cerebro físico había evolucionado, sólo recientemente hemos sido capaces de afirmar con certeza que la mente – lo que hace el cerebro- evolucionó también.

Merlin Donald, profesor emérito de Psicología de  Queens University, de Kingston, en Canadá, es uno de los neurocientistas que más aportes ha hecho al conocimiento del desarrollo de la mente moderna y de los aspectos evolutivos de la conciencia. En su trabajo ¨Orígenes de la Mente Moderna¨, del 1991,  plantea que la ¨mímesis¨ hizo estallar la burbuja de la conciencia episódica que estaba presente en el hombre primario, que surgió desde el instante en que tuvo la necesidad de expresarse en símbolos. Iniciándose la aparición del lenguaje hace alrededor de 300,000 años, pero que en los humanos no alcanzó su desarrollo  hasta hace sólo 150,000 años, evolución compleja que alcanza su máximo con la invención de la escritura, dando lugar a una conciencia teórica.

En resumen, sus trabajos plantean que hemos tenido: una conciencia episódica, mimética, mítica y teórica en la evolución de la mente humana.

Derek Denton, en su obra ¨El despertar de la conciencia¨, señala  que muchas facetas básicas de la biología han sido iluminadas en el proceso de dar con la definición. Algunos especialistas pretenden afirmar  que lo que ven es la esencia. Otros, en cambio, prefieren listar los elementos que reconocen que forman parte de una corriente de conciencia.

Cito a William James, profesor de psicología  en Harvard, quien  dijo de la conciencia que: ¨Es algo cuyo significado conocemos mientras nadie nos pida que lo definamos, una descripción  precisa de ella, es la más difícil de las tareas filosóficas¨.

El filósofo, John Searle enfatiza que la conciencia es un fenómeno orgánico, que forma parte de la historia biológica ordinaria, como la digestión y el crecimiento. Y que se refiere a aquellos estados de receptividad que empiezan cuando nos despertamos de un sueño sin ensoñación y que continúa aún cuando vamos a dormir. Nadie discute que sea un fenómeno biológico, pues se realiza en un órgano vivo llamado cerebro, pero dónde radica, cómo la medimos. Ahí está el delicado problema de la definición de la conciencia.

En mayo de 2009, un grupo de hombres de ciencia que incluía teólogos, filósofos, psicólogos y neurólogos se reunió en Berlín en el simposium ¨La naturaleza humana, pasado, presente y futuro¨. En la oportunidad, el profesor Donald opinó que “hoy nuestro cerebro tiene la habilidad de conectar con las mentes y las experiencias de otros a través de la cultura y la tecnología”. Produciéndose la denominada ¨superplasticidad¨, que sin duda está haciendo que el cerebro evolucione hacia un lugar jamás visto en ningún otro momento de la historia. Continuaremos ¨conversando¨.

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