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POR LILIANA CEPEDA
BOGOTÁ, Colombia. Visitar el Cerro de Monserrate, en Bogotá, es una experiencia realmente fascinante. Hay que confesar que al principio se siente un poco de miedo de solo pensar que se va ascender a 3152 metros sobre el nivel del mar. Pero luego, mientras se contempla la belleza del paisaje, se empieza a tomar confianza.
Estar allí, justo encima de una de las ciudades más altas del mundo, resulta mágico. ¿Y qué dice de ese friíto? Por favor, no se le ocurra subir sin estar suficientemente abrigado, pues mientras más ascienda, más irá descendiendo la temperatura.
Monserrate es el símbolo de Bogotá. Una maravilla de la naturaleza desde la cual se puede tener una de las vistas más hermosas e imponentes que existen. Al apreciar la majestuosidad de esta imponente urbe, uno se siente dueño y cómplice a la vez de un encanto inverosímil.
Definitivamente, el Cerro de Monserrate es uno de los principales atractivos turísticos de la capital colombiana. Situado al este de la ciudad, constituye un santuario de peregrinación tanto para los bogotanos como para los turistas.
Y es que la panorámica que se observa es bastante amplia: abarca desde el río Bogotá hasta el barrio La Candelaria, donde predomina la arquitectura española. En la cima del Cerro se encuentra una imagen de Cristo Caído, que es lo que convierte este lugar en un punto de peregrinación.
Tan solo toma 15 minutos alcanzar la cima de Monserrate. Puede hacerlo utilizando el teleférico o -si lo prefiere- por el funicular, que sale cada media hora.
Si usted es uno de los amantes de la aventura, puede intentar llegar a la iglesia, caminando por un sendero un poco irregular, lleno de peregrinos especialmente los fines de semana y días de fiesta.
Sobre el santuario
La construcción del santuario en la cima del Cerro de Monserrate se realizó con la autorización de don Juan de Borja, quien fue presidente del Nuevo Reino Unido.
Don Pedro Solís, artífice de la obra, no permitió que terminara allí. En el 1657 se acabó de construir un monasterio que años más tarde daría albergue al Señor Caído, obra del maestro Pedro de Lugo y Albarracín.
Para esto se tomó en cuenta que el ambiente era bastante apacible y tranquilo, lo que permitía disfrutar de un estupendo contraste entre la vegetación, la sensación de estar cerca del cielo y contemplar al mismo tiempo la obra de Dios y la del hombre.
Desde entonces, miles de creyentes suben con firme devoción los escalones que llevan al santuario, mientras que otros miles de turistas y curiosos llegan a pie, en funicular o en teleférico para vivir esta experiencia.
Subiendo Monserrate
El funicular que transporta cada día a bogotanos y turistas se terminó en el 1928 y fue oficialmente inaugurado el 18 de agosto de 1929. Desde esa época hasta nuestros días, este pequeño tren se ha levantado hacia la cumbre de Monserrate en un andar que permite a sus pasajeros admirar el bello paisaje de la ciudad.
El teleférico de Monserrate, otra forma de escalar esta maravilla natural, se empezó a construir el 13 de agosto de 1953 y fue inaugurado el 27 de septiembre de 1955. Constituye una modalidad bicable con dos cabinas con capacidad para 40 pasajeros cada una.
Cabe destacar que en el Cerro de Monserrate hay dos restaurantes con una amplia variedad de menús nacionales e internacionales, por lo que el visitante puede disfrutar de una amplia gastronomía mientras se deleita con la vista de la espectácular ciudad.
De interés
Año de fundación: 1640
Dirección: Carrera 2 E con calle 21 (a unos 8 minutos del Hotel Tequendama, sede del Festival Panamericano de Ajedrez 2004)
Página Web: www.cerromonserrate.com
Horario funicular: De lunes a sábado de 7:40 A. M. hasta 11:40 A. M. Los domingos y días feriados de 5: 30 A. M. a 6: 00 P. M.
Horario teleférico: De lunes a sábado de 12: 00 M. hasta 12: 00 P: M. Los domingos y días feriados de 5: 30 A. M. a 6: 00 P. M.
