El chantaje contra Miguel Vargas

El chantaje contra Miguel Vargas

Inculpar a Miguel Vargas por la probable derrota de Hipólito Mejía es un chantaje que escapa a cualquier análisis. Parece, junto a las denuncias de preparativos fraudulentos en la Junta Central Electoral (JCE),  la justificación de un previsible revés, el cual se cimenta sobre el pálpito de que el candidato presidencial del PRD desciende en la preferencia electoral.

El destino en las urnas de la fórmula perredeísta dependerá, fundamentalmente, de las cualidades personales del propio candidato, quien, a estas alturas,  tenía que haber sido capaz de unificar su propio partido; que debe ser el líder de una campaña bien orquestada, atractiva, llena de ofertas creíbles y realizables; que debe haber gestionado el financiamiento externo suficiente para el soporte de la estrategia electoral y, nada novedoso, suplirse aliados de calidad para atraerse el voto blando, conservador y, si es posible, de su principal contrincante.

Pero la lógica de Mejía no se entiende. Mientras, por un lado afirma que el 99 por ciento de los “miguelistas” respalda su candidatura, y que supera con más de 20 puntos a su rival Danilo Medina, del PLD,  por el otro, reclama el apoyo del presidente del PRD como un asunto de vida o muerte electoral. Si todos le apoyan y tiene tan amplia ventaja ¿por qué necesita e inculpa a Vargas de su probable derrota? ¿Por qué pretende que éste le respalde incondicionalmente? Sin Vargas, la campaña de Mejía arrancó bien y corrió solo, hasta que Danilo, Margarita y Leonel Fernández le apretaron el juego.

Prueba al canto. La retahíla de errores que pormenorizadamente detalla el viejo dirigente perredeísta Julio Mariñez, en un sesudo artículo publicado hace poco en este diario, retrata de cuerpo entero la debilidad intrínseca e insuperable del candidato Mejía.

Pero chantajear a Vargas y apegarse al fantasma del fraude, representan las justificaciones de una derrota que se vislumbra casi inminente.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas