Es verdad que este es el país más presidencialista de la bolita del mundo, no me cansaré de repetirlo, pero a veces nos pasamos un poco. Ese ser omnipresente, infalible y que lo puede todo en el que hemos convertido al Presidente de la República, sin embargo, nada sabe de algas marinas, pero César Antonio Vargas, director ejecutivo del Instituto del Derecho Ambiental de la República Dominicana (IDARD) pidió ayer “la rápida intervención del presidente Danilo Medina y otras autoridades”, ante la invasión de algas que afecta las playas del Este, sobre todo en Bávaro. Tampoco se trata de un aspaviento: según César Antonio Vargas, quien también es coordinador nacional del programa de certificación de playas Bandera Azul, los hoteleros de la zona extraen hasta 20 toneladas de algas al día, una situación que por el impacto que tiene sobre el turismo y la biodiversidad marina y costera debe ser enfrentada con urgencia. Las medidas adoptadas hasta ahora por el Ministerio de Medio Ambiente, al decir del director del IDARD, no han sido lo suficientemente eficaces, por lo que pide también la intervención del Ministerio de Agricultura y, por supuesto, de los empresarios de la zona, los más interesados en que el problema se resuelva cuanto antes. Pero parece que solo si el Presidente de la República se involucra directamente, o imparte “instrucciones precisas a las autoridades correspondientes”, se mueve con agilidad y presteza la oxidada maquinaria del Estado en procura de una solución. Y será así, solo así, que las playas del Este, donde florece con mayor esplendor nuestra industria turística, podrán librarse de las algas pardas que han alejado a los turistas de sus cálidas aguas.