El Ché,  de editor a cineasta

El Ché,  de editor a cineasta

Al Ché Castellanos no le pusieron Ché desde que nació, ni el motivo de ese apodo tuvo que ver con el otro Ché, el Guevara.  Aunque para ser sinceros hay una línea que los identifica y es su forma única de ver la vida y de relacionarse con su medio.

Mientras el que es ícono de una época y de un sentido de la humanidad se inmoló por la justicia social en la que creyó, el Ché nuestro lucha cada día para que la imagen que nos llega desde la pantalla sea lo más artística y real posible. 

Su mirada es un estilo de vida y su objetivo es que lo que está a la vista de nosotros se parezca cada vez más a un ideal menos feo que el real.

Quisimos conversar con Humberto “Ché” Castellanos a raíz de su participación como director de la película “Los Locos también piensan” que es idea, guión y producción de Luisito Martí.

No es nuestro primer encuentro con él.  Lo conocemos de antes y es como si fuera de siempre.  Cuando Angel Muñiz hizo su primera película y la segunda y la tercera estuvo junto a él.  Justo terminando su trabajo en “Los locos también piensan, el Ché –que no se cansa de aprender- se unió al equipo de Andy García en Lost City como segundo asistente de cámara, todo con tal de aprender.

Aún así y quizás por eso, lo convocamos a una entrevista con Espectáculos Hoy, para complementar esos datos que nos hacen falta a todos para conocer al hombre detrás de la cámara.  Al ser que mira detrás de ese ojo que nos refleja.

CÓMO EMPEZÓ

Bueno, dar el salto de la medicina al cine no es cosa de casualidad ni de un día. Fueron muchos años y circunstancias.  Ché se recuerda con 11 años montando obras de títeres y nunca fue un secreto que cantaba.  Por eso coordinaba sus estudios de medicina con sus ensayos y participación en el Coro de la Uasd y luego hizo un curso de teatro con la compañía Gratey y hasta tuvo su experiencia como actor junto a Teo Terrero, Yanela Hernández, Pachi Jiménez y Mario Lebrón entre otros.

Si hay un culpable o un responsable de su actual carrera como director, realizador y camarógrafo ese es Freddy Ginebra, que con esa especial cualidad en ver más allá, se lo mandó como un encargo a Sommer Carbucia a Teleantillas bajo el alegato de que “yo creo que da para eso”.

Y, dio.  Lo primero que aprendió fue a editar, era quien elegía las escenas y las imágenes que anticipaban los próximos capítulos de las novelas en el 2 y a pesar de Carbuccia y de todos se hizo intencionalmente camarógrafo.  Se especializó con Peyi Guzmán y luego fue su asistente de fotografía.  Decidió irse a estudiar a Nueva York y cuando vino se iba a grabar “Pasaje de ida” y justo cuando empieza la nueva etapa del cine dominicano, se inicia una carrera que no ha tenido stop.

Recuerda como gente importante en su carrera además de los antes mencionados a Jean Louis Jorge  “uno de mis grandes grandes maestros y amigo de mi familia”. A Angel Muñiz a quien lo une una “amistad muy profunda”, lo reconoce como “el director” y no pretende desligarse nunca de sus proyectos cinematográficos “no lo dejo ni muerto”.

El Ché Castellanos como se le conoce en el mundo de la realización de comerciales donde el solo sonido de las vocales y consonantes que componen su nombre impone un respeto bien ganado, fue el camarógrafo que acompañó por el mundo a José Francisco Peña Gómez grabando el programa “Los dirigentes”.

Eso le dio la oportunidad de  conocer a la mayoría de los presidentes del mundo y lamenta que no se haya entendido aún que ese programa es “un registro histórico del poder del mundo en una época” y sueña con que todos puedan tener acceso al mismo.

EL NUEVO DIRECTOR

Bueno, es que Ché Castellanos el que ha sido hasta ahora un de los mejores realizadores de comerciales en el país, con aceptación y contratos internacionales se ha convertido en lo que él llama “director por encargo”de Luisito Martí para la película “Los locos también piensan”.

De esa experiencia hablaremos cuando esté cercano el estreno, a principios de diciembre.  Esta vez quisimos acercarnos a la persona de sonrisa y mano franca y diestra para la cámara al que no le gusta la fama y lo único que le interesa es trabajar.

Antes de cerrar el encuentro me dice que no deje de mencionar a Mariel (12 años), Loreta (12 años) y Renata (8 años) y a su esposa Mariela García porque “para esas tres niñas y mi mujer es que yo vivo.  Mi razón más poderosa de vivir y de mantenerme haciendo cosas”.

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