El Cibao ahogándose y los políticos en sus rebatiñas

El Cibao ahogándose y los políticos en sus rebatiñas

La región del Cibao tiene más de tres semanas bajo agua. Ni los políticos se han dado cuenta. Ellos están abrumados en sus proyectos de sacar tajadas en sus ambiciones. El volumen de agua ha destruido viviendas, calles, puentes, en fin de todo lo que hace el hombre para su bienestar y dejando en las calles a cientos de dominicanos. Y más pobres que antes.
Mientras el drama humano angustia y atemoriza a toda la región más rica del país, los políticos están más ocupados en sus estrategias de estar en el poder o arrimarse al mismo. Sus agonías y amenazas eran por querer controlar la Junta Central Electoral, influir en la conformación de la Cámara de Cuentas o ver si existían oportunidades para sacarle algo a los últimos créditos internacionales aprobados.
Ya con nuevas vaguadas, que siguen azotando el norte de la Cordillera Central, preñando a los ríos y arroyos con mayores volúmenes de agua, solo queda proteger vidas y esperar que los torrentes de agua aminoren su intensidad hasta volver a la normalidad. Y esta normalidad está resentida por esas jugarretas del clima que ha lanzado sobre la orografía de la isla toda su intensidad de manera que los suelos están saturados y los embalses de las presas superan sus niveles de seguridad. El desfogue de las mismas ocasiona tantos daños como las crecientes de los ríos como producto de las lluvias.
Lo que ocurre en el Cibao no es un fenómeno nuevo. Y no fue el caso de las tormentas Olga y Noel en aquel diciembre del 2008, sino que es necesario ir más atrás en el tiempo. Así nos encontramos que en noviembre de 1909 la misma región se vio azotada por una temporada de lluvias permanente por más de 21 días de similares condiciones a las actuales. Aquella vez hubo grandes deslizamientos de tierra en la cordillera septentrional, alterando la orografía montañosa y cambiando el curso de los ríos como el Camú y el Yásica.
Hasta los años de la década de 1970, cuando se viajaba por la carretera turística Luperón, se podía contemplar, después que se pasaba la U, las huellas de aquellos deslizamientos de 1909. Los sucesos de ahora, cien años más tarde y el país más deforestado, el daño es más notable debido al cambio climático, afectando zonas pobladas que antes eran vírgenes. La mano del ser humano no había incursionado en la destrucción de la foresta, primero para obtener carbón, luego para preparar conucos o solares para viviendas y nacer nuevas comunidades a orillas de los caminos de montaña.
El Ministerio de Obras Públicas tendrá una titánica tarea de reconstrucción de las vías. Así mismo de readecuación de muchas vías y puentes para prevenirlos de daños futuros por cataclismos similares. El gobierno del presidente Medina no ha perdido tiempo en atacar todos los puntos del norte afectados por las aguas. Esta primera acción ha sido llevar alimentos, medicinas y ropas a las decenas de personas que repartidas por los campos del Cibao lo han perdido todo.
Y estas lluvias no ha sido por el paso de un huracán. Este llega, trae sus vientos y agua, destruye, deposita mucha agua y continúa su curso destructor por el Atlántico. Este régimen de lluvias constante ocasiona daños más severos que el país lo sufre en su economía. Se desvían los recursos que estaban destinados para otros proyectos perentorios. Ahora el Cibao clama por su rescate. Aquella vez se le conoció como La Niega.
Mientras el Cibao confronta serios problemas y percances en su vida cotidiana con una agricultura afectada en todas sus áreas con pérdidas de varias cosechas de distintos rubros, los políticos han estado más entretenidos en criticar lo que hizo el Senado el pasado miércoles 16 para elegir una nueva Junta Central Electoral. Esta ha quedado integrada por personas de reconocida credibilidad y respeto en la comunidad nacional. Esto obliga a los políticos de oposición a enfriar sus cañones, no sin antes clamar a los vientos de las imposiciones del oficialismo en los organismos en vías de nuevas composiciones.
Y es que eso políticos de oposición han perdido su credibilidad en la comunidad. Es que cada día agreden a la opinión pública con nuevos desatinos, protestas y acusaciones que ya nadie les cree. De ahí la vigencia de los peledeístas por encima de sus rencillas internas. Es una agrupación más coherente y mejor formada políticamente y justifica de porqué los peledeístas se sirven con la cuchara grande en todos los organismos por no tener una oposición madura menos improvisadora y con más capacidad que pudiera derrumbar las estrategias del oficialismo.

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