Quito. El cantautor español Diego El Cigala, que se encuentra en Ecuador para ofrecer conciertos en el marco de su gira internacional «15 años de Lágrimas”, expresó su apego por el son y los ritmos latinoamericanos, aunque dijo que ya es hora también del flamenco.
“Estoy preparando un nuevo disco, en México”, aunque “me apetece mucho hacer un disco de flamenco… Ya toca”, afirmó El Cigala en una entrevista con Efe antes de su presentación en un concierto en La Casa de la Música de la capital ecuatoriana.
Su nueva producción aún está en una fase de búsqueda, pero también de realidades, con repertorios y el encuentro de escenarios donde grabar las melodías, explicó el cantaor.
“Se va a grabar en el mero, mero México, para que tenga ese agarre”, esa fuerza de relación con el público, añadió El Cigala, y de inmediato agregó que también trabaja “con otras cosas, con un disco de flamenco”, que no detalló. El artista español dijo sentirse feliz de volver a América Latina, a Quito, porque se siente “en casa”, abrazado por el cariño de la gente, “con esa suavidad, con ese tacto, con ese respeto que siempre tiene” el público latinoamericano.
La gira internacional en homenaje a los 15 años de “Lágrimas negras”, su trabajo discográfico más legendario, es un amasijo de historias y sensaciones “de lo que me lleva pasando durante unos años”, agregó. Por eso, para el concierto que ofreció anoche ha escogido temas que le emocionan, justamente porque es esa característica la que le permitirá “trasmitir al público directamente».
“El público tiene que sentir esa cohesión con el artista”, apostilló el cantaor, que en su gira conjuga lo mejor de sus tres décadas de actividad musical en un solo espectáculo. La gira también es un reconocimiento al ya fallecido pianista cubano Bebo Valdés, con quien interpretó el icónico son “Lágrimas negras». “Conocer a Bebo fue parte de mi vida”, porque gracias a él “conozco lo latino”, añadió el cantaor español que se siente muy identificado con América Latina.
En esta región, la situación social está complicada y “me duele mucho. Es como el pueblo gitano” y por eso “me siento muy identificado con el pueblo latino”, apuntó. El Cigala dijo que los cambios son buenos si sirven al pueblo, no sólo en América Latina sino también en España. Si se hacen cambios, “que se hagan bien” y que éstos permitan, entre otras cosas, que “la juventud pueda tener futuro”, sostuvo. En España también “veo cambios” y “creo que van a ir para mejor”, añadió. Pero lo suyo es la música. “Esperemos que se muevan los corazones, que la gente disfrute”, agregó horas antes de su concierto en Quito, que resultó memorable.
Incluso el cuadro gripal que le afectó al llegar a Quito sucumbió ante el talento del artista, que estuvo acompañado por músicos latinoamericanos en los vientos, el piano y la percusión. Y aunque Bebo ya no está físicamente, El Cigala parecía estar junto a él, y eso lo supo el público que, en principio perplejo por al fuerza de la música, empezó de a poco a acompañar las canciones del cantaor con los pies y con las palmas.
Con el aforo a tope (700 personas), La Casa de la Música se rindió a Diego Ramón Jiménez Salazar, nombre del artista, que entonó con el alma las melodías que le identifican con su público. Canciones como “Moreno soy”, “El ratón”, “Indestructible”, “Corazón loco”, “El día que me quieras”, “Se me olvidó que te olvidé” y “Lágrimas negras”, entre otras, fueron melodías interpretadas por el cantaor.
Su actual gira internacional también lo llevará hasta finales de año por Alemania, Suiza, Estados Unidos, Colombia y España, según el portal oficial del artista.