Por REYES GUZMÁN
Acompañar y compartir con el músico dominicano Michael Camilo ha sido una de las experiencias más positivas para El Cigala, quien el 25 de marzo se presentará en el salón “La Fiesta” del hotel Jaragua. Trae temas de su exitosa producción “Lágrimas negras” y de “Picasso en mis ojos”, además de otros que son clásicos en las voces de artistas del ayer.

Ramón Jiménez Salazar, Diego o El Cigala (crustáceo marino comestible), como usted quiera llamarle, es un cantaor que defiende el flamenco, que ama sus raíces y se pasea por escenarios del mundo con el sabor del triunfo.

Dijo para ¡ALEGRÍA! que venir a Santo Domingo es un orgullo, que trae su voz, su sentimiento y su pasión.

“Estoy contento y ofreceré una selección de temas que el público va a disfrutar. No se pueden quedar los de Lágrimas negras, tampoco otros que tienen mucha importancia en mi carrera.”

De Camilo habló con emoción, pues han estado de cara al público y han merecido impresionantes reacciones de los admiradores. Su talento le permite tener una lista de artistas y músicos con los que se ha presentado, como son Tomatito, Paco de Lucía, Mario Maya, Faíco Farruco, Manuel Carrasco y Bebo Valdés, entre otros. Con el pianista cubano  y padre de Chucho Valdés, grabó “Lágrimas negras”, mereciendo un Grammy.

Mencionarle a Bebo es provocarle la sonrisa de satisfacción, recordarle momentos únicos y resultados de gloria.

“Y es que con Bebo grabé Lágrimas negras, producción que me abrió las puertas al mundo, a la conquista de otros públicos y al triunfo. Es una de mis grandes oportunidades, porque se trata de un excelente hombre.”

Los premios para El Cigala significan el reconocimiento a lo que hace con amor, disciplina y respeto. El aplauso es otra distinción que los artistas deben valorar, porque por un minuto la manifestación de las palmadas demuestra el grado de aceptación que se tiene.

“Es importante el aplauso, porque el público te expresa lo que siente y lo que aprueba. Me gusta sentirlo”.

El porqué de El Cigala

Moverse mucho y rápido es la combinación que le otorga el nombre de El Cigala.

“Se trata de algo que se mueve constantemente, y yo soy así. El nombre me gusta, porque me define en la vida y la música”.

Fue El Camarón de la Isla que le puso el apodo.

El flamenco inspira a músicos de diferentes géneros para crear fusiones y así enriquecer bases musicales que son consumidas en muchos mercados. Para él, flamenco es flamenco y éste no necesita que se le agregue nada.

“Hay música fusionada que se enriquece del flamenco. Creo que el flamenco es rico como es y eso es interesante”.

El Cigala también  interpreta boleros, los graba.

Cantaor

Como otros muchos cantaores, empezó en la calle, en peñas flamencas y en tablaos.  Por el buen compás y saber marcar el ritmo, le convirtieron en uno de los mejores acompañantes para el baile.

Cantar atrás para que otros bailen fue un paso positivo en su profesión. La lista de bailaores con los que ha trabajado es larga, pero sobresalen Mario Maya, Faíco, Farruco, El Güito, Manuela Carrasco, Cristóbal Reyes, Carmen Cortés y Manolete. Con ellos viajó por el mundo, pero un buen día decidió ponerse adelante. En el argot flamenco significa cantar en solitario, en lugar de acompañar al bailaor.

En 1994, Diego, Ramón Jiménez Salazar o El Cigala, demuestra que domina los palos flamencos a la forma tradicional, que interpreta con maestría y sencillez. Por eso ha colaborado en proyectos y ha compartido escenarios con otros famosos cantaores. Se mencionan a Enrique Morente, José de la Mercé, Parrita, Gerardo Núñez, Tomatito, Ketama, Vicente Amigo, Montse Cortés y Elena Andújar.

Cree en el paso del tiempo y en lo que trae ese espacio. Mezcla  el cante con otros estilos musicales. De ahí la iniciativa de grabar con Bebo Valdés, con el que interpreta una guajira. En  ‘Lágrimas negras’ el  bolero y flamenco acarician los sentidos.