POR CARLOS FRANCISCO ELÍAS
Las cinematecas en general siempre han tenido como elemento de su tradición mantener un flujo preciso de intercambio cultural filmico con las embajadas.
La Cinemateca Dominicana, en este sentido fiel a una estrategia nítida y de buenos logros, mantiene excelentes relaciones con estados, instituciones diplómaticas etc, de hecho la Cinemateca está en el deber, a veces cuando el caso lo amerita, de hacer concesiones de tipo logístico.
Quiero al publicar este artículo dar las gracias al honorable Embajador Lin Byung-Taik de Corea del Sur, , por todas las atenciones que el personal de su embajada dispensó a la Cinemateca Dominicana en la organización del Ier Ciclo de cine Coreano, 2006.
Esperamos que los proyectos comunes para promover esta cinematografía, ideados por la embajada y la Cinemateca Dominicana hacia el futuro, se hagan realidad.
El cine Coreano es un cine importante en el cine mundial, de hecho es un cinematografia de moda, en estos momentos.
Lamento mucho la ignorancia de algunos, cuando han osado decir que estas películas seleccionadas por la Cinemateca Dominicana, no tienen trascendencia, como siempre debemos dejar estas ideas al atrevimiento de la ignorancia, que en este país crece, crece como los spaghettis Ricos.
Me siento sumamente orgullo de promover un cine cuyo esquema de trabajo es modélico para otras naciones occidentales u orientales.
Finalmente, la mayoría de las películas aquí citadas, están programadas en la primera y segunda semana del Ier Ciclo de Cine Coreano, 2006.
Con la colaboración de Darcy Paquet y Joel del Río
Historia del cine Coreano 1903-1945:
Corea bajo dominio japonés
Muy pocos fragmentos quedan de los primeros filmes coreanos. La mayoría de ellos fueron destruídos en los años cincuenta durante la Guerra de Corea, y ni un solo largometraje de los producidos antes de 1945 ha logrado sobrevivir íntegramente. Sin embargo, son numerosos los documentos históricos que atestiguan una industria activa y creadora que produjo cerca de 160 filmes desde el principio de los años veinte hasta la rendición de Japón en 1945.
Entre 1909 y 1920 fueron construidos una serie de teatros en Seúl y en ciudades menores como Pusan y Pyongyang. La mayoría era propiedad de los japoneses, pero unos pocos locales de propietarios coreanos consiguieron importantes cantidades de capital mostrando importaciones europeas y norteamericanas.
Este capital sería empleado eventualmente en el financiamiento de las primeras producciones locales. El primer filme coreano (The Righteous Revenge), un kinodrama en el cual los actores se desempeñaban delante de un fondo sobre el que se proyectaba un filme, se estrenó en el Teatro Dansongsa, de Seúl, en 1919. Según reportes, al público le encantó el show, pero el éxito a largo plazo de este y de otros kinodramas fue perturbado por intelectuales que criticaban la mezcla de modalidades como un insulto tanto al teatro como al cine.
La primera película silente se produjo en 1923, y a lo largo de los próximos años, aparecerían unas siete compañías productoras. La obra maestra de este período es Arirang (1926) de Na Un-Kyu, quien con solo 25 años en ese momento produjo, dirigió y protagonizó este filme, sobre un hombre que es arrestado y torturado por la policía japonesa. El título procede de una canción folclórica que se transformaría en un himno para el movimiento independentista coreano. El filme, admirado por sus cualidades estéticas y también por su mensaje político, inspiró a toda una ola de nuevos cineastas con la esperanza de hacer películas basadas en los principios del realismo y de la resistencia al poder japonés.
1945-1955
Solo cinco películas han sobrevivido del período que va de la ocupación norteamericana al fin de la guerra. De ellas, la más famosa es Hooray for Freedom, de Choi Un-gyu, estrenada en 1946. Oda al patriotismo y con un fuerte sentimiento antinipón, el filme consiguió ser un gran éxito de público.
Durante la guerra fue destruido buena parte del equipamiento de la industria cinematográfica. Y a continuación del armisticio acordado en 1953, el presidente Rhee Syngman declara al cine exento de impuestos, con la esperanza de revivir la industria. Programas de ayuda foránea proveyeron de tecnología y equipamiento, sentando las bases para el renacimiento del cine coreano a finales de los años cincuenta y en los sesenta.
1955-1969: Edad de oro del cine coreano
La última etapa de los años cincuenta puede ser considerada una fase de recuperación del cine coreano, pues el número de producciones se incrementó de ocho, en 1954, a 108 en 1959. El público regresó a las salas, apoyando realizaciones como el remake de Chunhyang-jon , en 1955, que contó con 200 000 espectadores en Seúl (un décimo de la población de la ciudad). Melodramas y filmes de acción conforman la mayoría de las producciones de la época.
A principios de los años sesenta emergen algunos de los más talentosos nuevos directores, quienes laboraron en una época cuando la industria cinematográfica disfrutaba de insospechado apoyo del público en la taquilla.
Los años setenta
El público desertó de las salas, apremiado por la televisión, mientras la intervención gubernamental y la estricta censura también alcanzaron altas cotas. En 1973, se formó la Corporación de Promoción de la Industria Cinematográfica Coreana, y al año siguiente se fundó el Archivo de Filmes, pero no hubo recuperación hasta principio de los años ochenta. Existen algunos trabajos interesantes y originales en la exploración de temas personales (y a nivel simbólico, también de implicaciones políticas). En este grupo clasifican las obras de Kim Ki-young (Insect Woman , Yodo , Woman Chasing Killer Butterfly); The Hometown of Stars, el debut del dotado Lee Jang-ho, y Road to Sampo, el último filme del celebrado Lee Man-hee, quien falleció tempranamente.
1980-1992
Una transfusión de nuevos talentos coadyuvó al modesto resurgir de la industria fílmica a principios de los ochenta. Aunque la asistencia a las salas permaneció en niveles bajos, se verificó una cierta relajación de la censura y el mayor reconocimiento de la comunidad cinematográfica internacional, que culminó con el premio de Kang Su-yeon como mejor actriz en el festival de Venecia de 1987.
La mayoría de los críticos coincide en reconocer a Im Kwon-taek como la figura principal de los ochenta. Aunque alrededor de 1980 ya había dirigido unos 70 largometrajes, abandonó su tendencia comercial del principio de su carrera, para combinar, en Mandala (1981), elementos de diversos géneros con el fin de cuestionar el significado y el lugar que ocupa el budismo en la sociedad coreana. Conocido por su esfuerzo en capturar y abrillantar los elementos antiguos, olvidados, de la cultura coreana, el direc tor consiguió ser aclamado a todos los niveles por Sopyonje (1993), que resucita el arte vocal conocido como pansori. Hasta el presente Kwon-taek ha dirigido unas 95 películas y permanece como el más importante de los direc tores coreanos.
En 1988, la industria cinematográfica nacional atravesó una transformación medular a partir de dos acontecimientos: primero, el líder militar Roh Tae-woo aprobó una nueva constitución que permitió la flexibilización de la anterior censura. El primer filme en beneficiarse de ello fue Chilsu and Mansu (1988), del debutante Park Kwang-soo, cuya escena final evoca claramente las demostraciones callejeras y marca el renacimiento de las expresiones políticas en los filmes coreanos. El mismo autor dirigió luego Black Republic (1990), To the Starry Island (1993) y A Single Spark (1996).
El otro gran acontecimiento de 1988 fue el retiro de las restricciones de importación a filmes extranjeros. Hasta este momento, la proyección de filmes norteamericanos o de Hong Kong estaba estrictamente controlada por el gobierno. En los próximos años, las producciones locales deberán competir con Hollywood, y por lo tanto se perdería gradualmente su grado de ocupación del mercado local, tendencia que alcanzó su punto más bajo en 1993, cuando los filmes coreanos conquistaron solamente el 13 por ciento de la asistencia global a las salas del país. La introducción del sistema de cuotas, mediante el cual todas las salas estaban obligadas a exhibir películas nacionales durante por lo menos 106 días del año, elevó las recaudaciones, pero no sería hasta finales de los años noventa que la industria comenzó a mostrar síntomas de recuperación.
1992-1999
En 1992, Marriage Story , del debutante Kim Ui-seok se estrenó con excelente acogida de crítica y público, como heraldo no solo de un nuevo género popular (la comedia de guerra entre los sexos) sino también de una nueva era. Con este filme, la Samsung, uno de los cinco mayores conglomerados empresariales del país, se transformó en el más poderoso de la industria fílmica. En poco tiempo este y otros conglomerados transformarían la estructura industrial introduciendo una línea central donde se integraban la producción, la exhibición y la distribución. Aunque no todos estos conglomerados han continuado invirtiendo en el cine local, su presencia tuvo un efecto definitivo en el tono y la sustancia de las obras producidas en esta década.
Muchos directores que debutaron en los ochenta continuaron con filmes notables. Principalmente Jang Sun-woo, quien debutara en 1985 con Seoul Jesus , presentó una serie de filmes controversiales. A Petal (1996) describe las angustias de un sobreviviente de la masacre de Kwangju. Más que concentrarse en el hecho mismo, Jang muestra la vida perturbada de una joven cuya madre fue asesinada en esa tragedia. Timeless, Bottomless, Bad Movie (1997) es una realización con estilo semidocumental sobre los adolescentes que padeció censura antes de su estreno nacional.
6:00 P.M.
Memories of Murder
(Crónica de un asesino en serie)
AÑO 2003
DURACIÓN 130 min.
PAÍS Corea del Sur
DIRECTOR Bong Joon-Ho
GUIÓN Bong Joon-Ho, Shim Sung-Bo (Historia: Kwang-rim Kim)
MUSICA Taroh Iwashiro
FOTOGRAFÍA Hyeong-gyu Kim
REPARTO Song Kang-Ho, Kim Sang-Kyung, Kim Roe-Ha, Song Jae-Ho, Byun Hee-Bong, Koh Seo-Hee, Park No-Sik, Park Hae-Il, Jong-Ryol Choi, Jeon Mi-Seon
2003: San Sebastián: Concha de Plata: Mejor director
8:00 P.M.
Oldboy (Old Boy)
AÑO 2003
DURACIÓN 120 min.
PAÍS Corea del Sur
DIRECTOR Chan-wook Park
GUIÓN Chan-wookPark, Jo-yoon Hwang, Joon-hyung Im
MUSICA Young-wuk Cho
FOTOGRAFÍA Chung-hoon Chung
REPARTO Min-sik Choi, Ji-tae Yoo, Hye-jung Gang, Daaa-su Oh
2004: Cannes: Gran Premio del Jurado. 2004: Sitges: Mejor Película
6:00 P.M.
Tae Guk Gi: Lazos de guerra
AÑO 2004
DURACIÓN 140 min.
PAÍS Corea del Sur
DIRECTOR Je-gyu Kang
GUIÓN Je-gyu Kang
MUSICA Dong-jun Lee
FOTOGRAFÍA Kyung-Pyo Hong
REPARTO Dong-Kun Jang, Bin Won, Eun-ju Lee
8:00 P.M.
Swiri (Shiri)
AÑO 1999
DURACIÓN 124 min.
PAÍS Corea del Sur
DIRECTOR Je-gyu Kang
GUIÓN Je-gyu Kang
MUSICA Dong-Jun Lee
FOTOGRAFÍA Sung-Bok Kim
REPARTO Suk-kyu Han, Min-sik Choi, Yoon-jin Kim, Kang-ho Song, Derek Kim
6:00 P.M.
Mentiras
AÑO 1999
DURACIÓN 115 min.
DIRECTOR Jang Sun Woo
GUIÓN Jang Sun Woo (Novela: Jang Jung Il)
MUSICA Dal Palan
FOTOGRAFÍA Kim Woo Hyung
REPARTO Lee Sang Hyun, Kim Tae Yeon, Jeon Hye Jin, Choi Hyun Joo, Han Kwon Taek
8:00 P.M.
Acacia
AÑO 2003
DURACIÓN 100 min.
PAÍS Corea del Sur
DIRECTOR Park Gi-Hyeong
GUIÓN Park Gi-Hyeong
MUSICA Lee Sang-ho
FOTOGRAFÍA Mun Yong-shik
REPARTO Shim Hye-Jin, Lim Jin-Geun, Mun Wu-Bin