El cine Norteaméricano en Cannes 2007:
Desde Michael Moore hasta Gus Van Sant

<STRONG>El cine Norteaméricano en Cannes 2007:</STRONG> <BR>Desde Michael Moore hasta Gus Van Sant

POR CARLOS FRANCISCO ELÍAS
Mucho se ha comentado, de modo cíclico, sobre la decadencia en las ideas del cine de Hollywood. De hecho, no es casual que muchos nuevos proyectos de televisión hoy prosperen en los Estados Unidos, que se ha convertido en un refugio de gente con talento.

La crisis de ideas del cine norteamericano de nuevo refleja la lucha eterna: directores y escritores contra productores que quieren ocupar, por la fuerza, el rol de aquellos.

De todos modos, Hollywood se cuida cuando envia productos a Cannes, pero es importante entender bien esta dinámica: Hollywood necesita a Cannes como una vitrina de productos, por eso tiene abierto un largo cupo de pelìculas que solo se verán fuera de competición y otras representativas como  No Country For Old Men ( 2007) de los Coen, que sí fueron a competición sin suerte.

No creo mucho en estas cacareadas crisis de Hollywood, porque el concepto dorsal de la industria no fue concebido para hacer cine de ideas,  desde siempre en Hollywood, 1927  desde  el  advenimiento del cine sonoro hasta ahora, los gestos de independencia creadora pretendían evadir justamente el concepto de producción para diversión exclusivamente, la fundación de Artistas Unidos por C. Chaplin y Mary Pickford, fue un ejemplo pionero. En los años 60 ya  se vio y se gozó el fenómeno Off Hollywood, que generó lo que Andrew  Sarris, historiador y crítico norteamericano, llamara en su momento The New American Cinema, que era nuevo no solo en la cronología , sino por la novedad de su sistema de producción fuera de Hollywood y las ideas que proponía, colindantes con los fenómenos sociales  de política doméstica ,que produjo allì la guerra de Vietnam, y los asesinatos de líderes civiles importantes.

En otras palabras, el cine de entretenimiento a lo Hollywood, sigue su saga, lo que pasa es que hay de nuevo crisis de guiones y escritores, porque muchos de estos aburridos de las cosas tradicionales de Hollywood, se han ido a la televisión, porque cada vez más, se abre un gran mercado para canales del Cable World-Wide ( a todo lo largo y ancho del mundo ) que tienen su propio sistema de producción, que cada vez más elaboran un producto diferente al de las grandes  pantallas.

De todos modos, la relación entre Cannes y Hollywood es muy especial, porque ambos se necesitan desde el punto de vista mediático.

Y ese es un sistema que se ha mantenido porque es fluido y porque favorece a ambos.

 Pero generalmemnte, en Cannes ess muy típico un trato especial a los realizadores norteamericanos que trabajan fuera de la industria o cuyas ideas van más allá, el premio a Michael Moore en Cannes, la misma Palma de oro  a ‘Fahrenheit 9/11 en el año 2004.

 Para el festival manejar estas asuntos con inteligencia es clave, porque si bien cierto que Cannes ha sido, de por vida, una amplia plataforma para la historia del cine independiente norteamericano,  el mundo Hollywood siempre ha sido un aditamento del glamour exterior en la  avenida Croisette, espacio frívolo por excelencia del Festival Internacional

LAS PELICULAS NORTEAMERICANAS EN CANNES 2007.

Sicko: UN DOCUMENTAL DE MICHAEL MOORE QUE PONE AL DESNUDO LA FALACIA DEL SEGURO SOCIAL EN LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA.

Michael Moore es un director de cine, comedy man, analista inveterado, crítico social lúcido, que se hizo la gran estrella en el festival del 2004, cuando su documental sobre los hechos del 11 de septiembre, ganó la Palma de oro. Celebridad y gran humanidad ( literalmente, mole humana ) Michael Moore pertenece a esos que entienden que su ojo crítico debe poner cosas al desnudo, en una sociedad donde el grado de manipulación mediática tiene una afectividad proverbial, dado el anafabetismo liso y llano, funcional, que padecen grandes mayorías en aquella democracia,  donde la ignorancia es uno de sus grandes atributos.

En cierta manera, con su narración en primera persona, con su figura entre Sancho y Quijote fundido en un solo cuerpo, Michael Moore se lanza a la ilusión de sus utopías y para ello recurre siempre a sus soluciones viajeras: esta vez para poner al desnudo la crisis del sistema de salud norteamericano, se va al Canadá, Francia y Cuba y pone ejemplos espeluznantes sobre oportunidades, tragedias y realidades.

Demuele con datos contundentes, la situación actual del servicio de seguros médicos en los Estados Unidos, al mismo tiempo, el tinte de comedia negra llega hasta donde los prisioneros de Guantánamo, quienes tienen mejor sistema de salud que cualquier ciudadano promedio de la unión americana.

Curiosidad, observación, contraste, dolor, drama, constatación, evidencias de un mundo de torturas surrealistas, en una sociedad donde los intereses individuales, el lobbysmo de las grandes corporaciones farmacéuticas, se imponen al bien común del simple ciudadano y sus graves problemas de salud.

Michael Moore una vez más, revela las interioridades de sociedad con una pasión crítica conmovedora.

En París entrevista a la Comunidad de Estados Unidos en Francia, de la voz de ellos mismos, escucha las graves diferencias entre los dos sistemas de salud, dejando al desnudo lo desvalido de los ciudadanos norteamericanos en materia de salud.

Es un documental-dramático, realmente dramático, nadie lo creería, si el director jocoso y tragicómico, no ofreciera toda la abundante información que justifica lo que en cierto modo, a base de situaciones extremas, denuncia con vigor incansable.

Sicko ( 2007 ) es un ejemplo de cómo el talento del documental como largo metraje, bien llevado y bien hecho, es tan atractivo como un film de actores y guiones de drama.

PARANOID PARK DE GUS VAN SANT:  UN CINE EXPERIMENTAL Y JUVENIL.

Nacido en 1952 Gus Van Sant, norteamericano, ha dado lecciones de post modernidad mediática en el manejo de la forma de su cine. Maneja símbolos minimales, los personajes parecen ausentes de toda cámara posible, pero hay una afectividad dramática indiscutible, hiriente, porque el director sabe bien mezclar, con frescura inagotable, las visiones de un cine experimental cuya búsqueda es muy personal e íntima.

Mala Noche ( 1985 ), ganadora de un premio importante en Los Angeles, en un festival de cine independiente, hacia 1987, lanza al mercado un director de cine difícil de distribuir, por la visión y forma de su cine, por la coherencia y constancia de su temática, que más bien recuerda el vigor del viejo cine independiente norteamericano de los años 60, pero en el caso de Van Sant, con una excelsa preocupación por la forma  y envoltura donde viajan sus ideas.

Su carrera diversa, porque al margen de melómano empedernido, ha hecho video clip musicales y pintura experimental.

El cine de Van Sant en su coherencia de independiente, ofrece Paranoid Park ( 2007 ), Parque Paranoico, sería la traducción. Un thriller juvenil  con secuencias filmadas en cámaras super 8, montadas en un patín que integradas al film le dan un sabor experimental, libre, que fluye y funciona en términos narrativos muy bien, a lo largo de toda la película.

La cinta estudia de nuevo la familia y la juventud y pone de manifiesto los espacios de incomunicación reales entre la estructura familiar norteamericana de hoy y los jóvenes, el marco de relación sicológica dual entre el mundo de la calle y el mundo del hogar.

Dualidad que el director encara con precisión y realismo alternando espacio urbano, con visión, la visión íntima de un joven que inmerso en un drama personal, no sabe cómo resolverlo y aleja de toda solución posible sus relaciones paternales.

Gus Van Sant, vale la pena decirlo, ha elegido siempre temas del llamado mundo marginal, muchos de sus personajes no pertenecen a la América tranquila y rezadora, todo lo contrario: descarnado, ha logrado un ejercicio personal en su modo de hacer cine, cuyo sello es inconfundible.

En en el sentido de las ideas anteriores, Gus Van Sant en Paranoid Park ( 2007 ) hace un nuevo ejercicio y muestra su conocida sensibilidad para estos temas, que en su trasfondo son retratos sociales de los Estados Unidos de América en la actualidad.

Que nadie se aventure, la película no pretende abarcar como concepto general a la juventud norteamericana, no tiene esas pretensiones, en cambio sí logra retratar con esta excelente puesta en escena, una historia verosímil, fina, curiosa, poética, de una parte de la realidad con personajes adolescentes cuyos límites entre la realidad y la alucinación son espacios de vida en una cotidianidad donde ilusiones y realismo no logran fronteras posibles.

Quizás por estos detalles, el Jurado, deseoso de repartir premios, le adjudicó a Gus Van Sant el premio 60 aniversario, para que el ilustre director norteamericano, premiado ya e nCannes en otras ocasiones, recordara el 60 aniversario del festival de Cannes, donde Gus Van Sant, tiene un nicho de culto verdadero…

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