Las realidades son empíricas, de dos maneras aumenta la deuda pública, cuando se incurre en déficit del presupuesto para que aumente el PIB, y por los intereses, si la tasa real promedio supera el crecimiento de la economía. El que tenga duda que revise los datos desde el 2008. La Cepal pronostica que la economía crecerá 5% en el 2014, pero por el déficit fiscal que se proyecta (RD$77,709 millones, 2.8% del PIB), la deuda aumentará US$1,750 millones. Como en 6.8% se estima el interés nominal promedio que pagará la deuda del sector público no financiero y 4% la inflación, el interés real (2.8%) estará por debajo del crecimiento (5%) de la economía; es decir, por ese concepto no aumentará la deuda respecto al PIB.
El reto es parar la acumulación de deuda por déficit fiscal, las finanzas públicas no soportan presión adicional. Para servir la deuda se destina 43% de los ingresos fiscales, pero no debería superar 30%, con el peligro real de que a nivel mundial aumenten los tipos de intereses, la Reserva Federal de los Estados Unidos ejecuta un programa de reducción de estímulos monetarios que encarecería la deuda. Como los que nos prestan dinero exigirían mayor rendimiento, el mayor costo real aumentaría el stock de deuda respecto al PIB.
La historia nos dice que cuando sucede la deuda termina reprogramada, con todas sus consecuencias para el crecimiento y el empleo. Recordemos, en 1982 dejamos de pagar la deuda externa, en 2003 de manera parcial y se reestructuró en 2005, los pobres y la clase media pagaron el costo a través de alta inflación y el impuesto a la riqueza vía represión financiera.
Esa misma historia condena los déficits fiscales y los préstamos para financiar los faltantes, como el de Hartmont y los de Ulises Hereaux, que terminaron causando pérdida de la soberanía financiera y tuvieron responsabilidad en el surgimiento del dictador Trujillo. Por déficits fiscales Lilís aumentó la deuda en dólares de cada dominicano de US$2.14 en enero de 1887 a US$27.50 cuando el magnicidio en julio de 1899. También por déficits en el presupuesto, Leonel Fernández aumentó la deuda per cápita en 149%, de 76 centavos de dólar en 2005 a 1.88 dólares en 2012.
El gobierno ha dicho que tiene el propósito de mantener el déficit fiscal por debajo de 3% del PIB, el faltante inferior a RD$100 mil millones hasta el 2016. Para cubrirlo y servir la deuda vieja (roll-over) necesitará financiamiento (interno y externo) por US$4,000 millones, aumentando la deuda pública entre US$1,500 y US$1,800 millones cada año. Podría ser menos con decisiones singulares, no hablo de una consolidación fiscal agresiva, sino evitar nuevos préstamos y jerarquizar las obras públicas que están pendientes, asegurando que los desembolsos representen compromisos anteriores. También hablo de firmar el pacto fiscal, con metas anuales de desmonte y fijar el objetivo en 35% del PIB, para que sea sostenible.
Estoy consciente de que no será rápido y fácil reducir la deuda en quince puntos porcentuales, el presupuesto público deberá alcanzar superávit primario, significa más sacrificios para los pobres y la clase media. Pero no existe otra manera de salir de la trampa de la deuda.