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Hípica por dentro. El Clásico Internacional Marlboro del Caribe, (que así se llamaba en aquel entonces), sufrió otra crisis en 1979, cuando Puerto Rico tuvo que cancelarlo a última hora, debido a problemas locales en el Hipódromo Nuevo Comandante. Se convocó a una reunión extraordinaria en San Juan; Panamá representada por el Ingeniero Fernando Eleta y el señor Shiek, del ministerio de Hacienda, ofrecieron el Hipódromo Presidente Ramón como suplente inmediato. Sin embargo, la gerencia del hipódromo movió resortes políticos y no aprobó a panamá la propuesta, por lo que esa edición hubo de cancelarse. Llegó 1980 y parecía que el clásico estaba destinado a cancelarse definitivamente, pero la Asociación de propietarios del Hipódromo La Rinconada de Venezuela, se brindó a organizarlo, si se eliminaba, cuando menos por ese año, el acuerdo de los 300 metros, ya que Caracas está a 1,000 metros sobre el nivel del mar. Pero como ese día se celebraba el día de las Fuerzas Armadas, se les cerró la tribuna oficial a las delegaciones visitantes. Afortunadamente, el Jockey Club de Venezuela abrió sus puertas a los visitantes y, ahí se les recibió y se les trató a cuerpo de rey, en la jornada.