El clásico mundial de béisbol

El clásico mundial de béisbol

JOSÉ ANTONIO MARTÍNEZ ROJAS
Debo admitir, que desde mi infancia he sido un apasionado del juego de béisbol, primero como jugador y luego como seguidor de mis equipos favoritos, tanto en la Liga Dominicana, como en la Ligas Mayores. Simpaticé, por supuesto, con aquellos equipos que les dieron la oportunidad a jugadores dominicanos, como fueron los Gigantes de Polo Grounds, luego de San Francisco y los Dodgers de Brooklyn, después de Los Ángeles. Disfruté al máximo, cuando en una ocasión, los Gigantes de San Francisco pusieron en los jardines por primera y hasta ahora única vez, a tres hermanos al mismo tiempo: Jesús, Mateo y Felipe Rojas Alou.

Era en esos tiempos denigrante, como se trataba a los jugadores de color. Deberían viajar en los asientos traseros de los autobuses, al igual que en los aviones. En el hotel, debían ocupar habitaciones en pisos separados de los jugadores blancos, al igual que en los restaurantes. Cuántas penurias pasaron aquellos sacrificados pioneros, para que hoy disfruten los que ahora ostentan la representación de nuestro país en las Grandes Ligas. Pero también ¡Cuán diferente actuaban!.

Tomemos por ejemplo los lanzadores. Recuerdo, porque lo escuché desde Francia en un radio Zenith transoceanic que tenía, el gran encuentro entre Warren Spahn con nuestro Juan Marichal. Dieciséis entradas permanecieron en blanco durante ese duelo de titanes, hasta que el inmenso Willy Mays le conectó un jonrón al lanzador Spahn que dejó a los Bravos de Milwaukee en el terreno. En la actualidad, un lanzador no tira más de ciento veinte lanzamientos como mucho, ya que generalmente los sacan con cien. Ya son contados con los dedos de las manos los que completan nueve entradas. Son generalmente seis o siete, entonces viene el relevista intermedio y para finalizar, el cerrador, que será en definitiva, quien recibirá el crédito por haber “salvado” el juego.

Esas luminarias de antaño, mal pagadas, discriminadas y pasando penurias en sus desplazamientos, jugaban, sin embargo, con más amor y con un espíritu deportivo ya abandonado por los actuales jugadores.

Cuando se jugaba la Serie de Béisbol Amateur, principalmente entre los países caribeños y de Centro América, los verdaderos y más destacados beibolistas decían presente en la representación de la Patria. Ese comportamiento patriótico engrandeció a aquella pléyade de novatos, que sin guantillas y otros aditamentos que les protegen la anatomía, dejaban “el cuero” en los encuentros que disputaban con otros países.

En la actualidad, se está celebrando un campeonato que se ha denominado el “clásico mundial de béisbol”, en donde dieciséis países líderes en el juego de béisbol, se disputan la supremacía de este deporte.

De primeras, se dio a nuestro país como favorito, vaticinio que había hecho la revista Time, cuando destacó en su portada al inmortal Juan Marichal y los doce tipos de lanzamientos que dominaba. En ese artículo se decía, que si se celebrase un verdadero campeonato mundial de béisbol, posiblemente la República Dominicana con su inagotable cantera de jugadores, sería el campeón.

Cuánta desilusión hemos recibido, cuando jugadores que hemos respaldado, algunos de ellos considerados los mejores en su posición, ante un llamado de la Patria, por caprichos o excusas baladíes, le han dado la espalda al país que los vio nacer y que cuando viene los recibe como héroes, cuando no como ídolos. Debo resaltar, que dentro de ese grupo no se encuentran los que actualmente nos representan y que como dijo Albert Pujols, a nuestro entender el futuro mejor jugador de todos los tiempos del país, cuando expresó: “el que no está aquí es porque no quiere, sus excusas son injustificadas”. Aplausos y gloria para el mayor defensor de nuestro país en los últimos años: Miguel Tejada, un multimillonario, jugador más valioso (MVP), que tiene la proeza de jugar más de 800 juegos consecutivos en Grandes Ligas y ahí está. Laudos para las superestrellas: David Ortiz; Moisés Alou; Adrián Beltré; Alfonso Soriano; Bartolo Colón y Odalís Pérez. Reconocimientos para los que están en vías de destellar Ronny Belliard; José Reyes; Plácido Polanco; Juan Encarnación; Willy Mo. Peña; Willy Taveras y Pedro Féliz. Los lanzadores: Jorge Sosa; Fernando Rodney; Daniel Cabrera; Francisco Liriano; Duaner Sánchez; Miguel Batista; Julián Tavárez y Salomón Torres.

Debemos señalar, que como nacido en los Estados Unidos de América, exoneramos al que cometió el desliz de considerarse tan dominicano como el mangú; nos referimos a Alex Rodríguez. La otra cara de la moneda, Ronny Belliard, nacido allá pero jugando para nosotros. Excusa también para Rafael Furcal y José Guillén por estarse recuperando de lesiones.

Ahora bien, los que debemos borrar como se dice en el Cibao “con sica de gato” son los desgraciadamente famosos, Manny Ramírez; Vladimir Guerrero; Pedro Martínez; Luis Castillo; Miguel Olivo, José Mesa; Armando Benítez y Francisco Cordero. ¡Ojalá pudiésemos enrostrarles al finalizar la contienda…no hicieron falta, quédense por allá!.

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