Dos politólogos y el Coordinador de Participación Ciudadana criticaron ayer el uso de malas prácticas políticas en las elecciones y estiman que esto afecta el desarrollo democrático.
Mientras los partidos utilicen las peores prácticas de la política para obtener el poder o perpetuarse en él, no se puede decir que la democracia dominicana está fortalecida, según los politólogos Rosario Espinal y Carlos Báez Evertsz, así como Francisco Álvarez Castellanos, coordinador de Participación Ciudadana.
Las malas artes a las que hacen alusión no son otras que el uso de los recursos del Estado para favorecer candidatos, la compra de cédulas, el transfuguismo, el financiamiento no fiscalizado y la inequidad de la propaganda.
De hecho, el proceso electoral que concluyó el 20 de mayo con la elección de Danilo Medina y Margarita Cedeño como presidente y vicepresidenta de la República, estuvo salpicado por esas debilidades institucionales.
En tal sentido, Báez Everstz planteó que al uso de los recursos del Estado en favor del candidato oficialista sólo le faltó que los miembros de las Fuerzas Armadas y la Policía enarbolaran la bandera del partido de Gobierno, como ocurrió en las elecciones de 1978, cuando perdió el poder el presidente Joaquín Balaguer.
Sin embargo, destacó que el problema de fondo está en la cultura política que prevalece en el país, pues los partidos han abandonado los principios democráticos más fundamentales, porque una democracia no puede funcionar si no hay un mínimo de libre competencia entre los partidos.
No se puede ir a elecciones en condiciones de desigualdad tan absoluta, y que además se tenga a veces el desparpajo de practicar un tartufismo moral de decir, como hizo el presidente Leonel Fernández, que no se habían usado en absoluto los recursos del Estado en las elecciones, cuando él mismo dijo en Nueva York que se iban a usar RD$40,000 millones en compras de alimentos y regalos diversos.
Siempre que se ha tenido la oportunidad, el partido de gobierno ha usado los fondos públicos para beneciar su candidato, por eso digo que esto es un problema de cultura política y ciudadana, los ciudadanos no pueden mirar con indiferencia esta especie de mecánica perfecta que se está instaurando en el país.
Para él es grave que los dominicanos se estén acostumbrando a la doble moral, al cinismo apabullante de las normas que no se cumplen.
Eso se alaba como si fuera expresión de sabiduría, cuando la utilización de esa desfachatez absoluta lo que lleva es al retroceso de la democracia.
El triángulo político. Al analizar el pasado proceso electoral Espinal se detuvo en los problemas que afectan a la democracia dominicana y que luego se convierten en tierra fértil para aplicar modelos clientelistas.
Lo primero es que la sociedad dominicana tiene una alta dependencia del Estado que reparte, por clientelismo o corrupción, lo que en tiempos de elecciones genera la compra de voluntades.
Un Estado clientelar y corrupto con mucha dependencia social.
El segundo problema es la ausencia, o casi orfandad, de un partido opositor, por lo que el partido oficial (el Partido de la Liberación Dominicana, PLD) tiene una alta capacidad de maniobra.
Sin embargo, a pesar de esa situación el principal grupo opositor, el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) obtiene un 47% en las elecciones, lo que indica, según Rosario, que la mitad de la población que votó deseaba un cambio, y la otra la continuación del partido en el poder.
Esa orfandad de oposición se traduce en una baja representación congresional del PRD, de una falta de estrategia política de ese partido que sirva de contrapeso al Gobierno, y éste despliega los recursos a su favor.
Mientras esa situación se mantenga, expresó, no se puede pensar en que en el país se den reformas políticas que cambien el modelo vigente.
Para Rosario el último lastre de la democracia criolla es el financiamiento a los partidos que, por carecer de control, poco se sabe del origen del dinero que llega desde fuentes privadas.
Parar clientelismo. Durante el conversatorio sobre el proceso electoral Álvarez expresó que, aunque ya están proclamados los candidatos ganadores, no se puede decir que el proceso se cerró cuando queda pendiente corregir las distorsiones que lo caracterizaron.
Lo que no está cerrado es lo que ocurrió, y si lo cerramos estaremos repitiendo lo mismo en futuras elecciones, destacó.
El día de las elecciones militantes del PRD y del PLD denunciaron por separado la compra de cédulas, aunque las informaciones sobre el particular procedían del partido opositor, cuyos candidatos a la presidencia y vicepresidencia eran Hipólito Mejía y Luis Abinader.
La Junta Central Electoral contó los votos correctamente, de manera que nuestra principal preocupación es cómo se están obteniendo los sufragios, cómo lo logran.
A modo de resumen sobre lo que ocurrió el 20 de mayo Álvarez expresó que Hubo un uso masivo de los recursos del Estado de parte del Gobierno y de los cabildos que maneja el PRD.
Ambos usaron las mismas armas, pero el que tiene más recursos en este caso es el Gobierno.
Al destacar que en 2004, cuando Mejía intentó reelegirse, el país presenció la misma situación, explicó que la gran preocupación es que en cada proceso que pasa los partidos mejoran sus artimañanas.
Zoom
Campaña negativa
Álvarez criticó que los partidos usaran campañas sucias y negativas para detractar a sus contarios.
Falsa portada
A los periódicos le tocó su parte: el uso de portadas falsas en cinco de los seis diarios, sin que se dijera que era espacio pagado del PLD, habiendo una Ley de Protección a la Competencia que prohíbe la publicidad engañosa.