El clima puede afectar su salud

El clima puede afectar su salud

El tiempo el clima y el bienestar del ser humano están íntimamente vinculados, como demuestran los tsunamis del Pacífico y el huracán “Katrina”, hace tanto tiempo. La lluvia, la sequía y la nieve han tenido efectos drásticos en la historia, además de en la salud humana. Pero, ¿qué hay con las enfermedades de menor escala como los resfriados, cefaléas, dolores musculares y otros males? ¿Los afecta el tiempo? Muchas personas creen que sí.

Es difícil argumentar lo que las personas sienten en sus huesos. Sin embargo, la ciencia ha encontrado algunas conexiones sólidas.

Ataques cardíacos

 Puede que haya relación entre el estado del tiempo y los ataques al corazón, al menos para algunas personas. Un estudio extenso de 1999, realizado en el Norte de Francia, reveló que caídas súbitas en la presión barométrica, como antes de una fuerte tormenta, pudieran provocar ataques cardíacos en personas con alto riesgo. Un estudio más reciente en Croacia encontró que un tipo grave de arritmia cardíaca (taquicardia ventricular) pudiera estar relacionada con una serie de condiciones climáticas, incluyendo bajas en la presión atmosférica. Los ataques y problemas cardíacos se incrementan en invierno, generalmente, en todo el  mundo. Sin embargo, la incidencia varía de un área geográfica a otra. El clima frío, húmedo, parece incrementar más la tasa de ataques de manera más evidente en climas templados que en lugares más fríos como Canadá o Siberia. Además, el verano también puede ser una amenaza, en particular para muertes por ataques cardíacos. Varios estudios han encontrado que el calor constituye un riesgo en particular para las personas pobres en las ciudades de Estados Unidos, en primer lugar, porque es menos probable que cuenten con aire acondicionado en sus hogares. Tener más de 65 años y/o padecer de diabetes, hipertensión, o enfermedad del corazón o los pulmones, también incrementa el riesgo de morir a temperaturas extremas, o debido a cambios en la presión atmosférica. Las altas temperaturas recargan el corazón, que tiene que trabajar más fuerte para mantener el cuerpo fresco; en un clima frío, es probable que la presión sanguínea sea más alta. Todo esto va contra los más viejos, los menos saludables y los pobres, que es más probable que tengan viviendas inadecuadas.

Humedad en los huesos

 La mayor parte de las personas con artritis creen que el dolor en las articulaciones viene con el clima frío y húmedo. En realidad, muchos toman el dolor de la artritis como un barómetro confiable. Pero los científicos nunca han podido conectar el dolor en las articulaciones con el tiempo, aunque no por dejar de intentarlo. Un artículo aparecido en Spine, en 2004, revisaba los datos de 23 centros de EEUU sobre 27,000 personas. La única variable climática que parecía influir el dolor físico era la presión barométrica. Sin embargo, esta influencia, dijeron los investigadores, era mínima. Hace pocos años, investigadores de Brigham y del Women´s Hospital, de Boston, observaron 500 personas con dolores articulares que vivían en cuatro ciudades diferentes, que variaban de cálido y seco a muy frío y húmedo. Todas estas personas estaban convencidas que el tiempo frío y húmedo provocaba el dolor. Sin embargo, la incidencia del dolor crónico fue la misma en los cuatro grupos, al margen de clima o el tiempo.

El dolor por artritis mejora y empeora, y es tentador vincular estas altas y bajas con un cambio de tiempo. Pero probablemente esto sea un error. Si usted puede desplazarse de un clima frío y húmedo a uno soleado y seco, puede que se sienta más feliz, pero nunca se ha demostrado que un clima soleado seco ayude con la artritis.

 Palabras finales

 El tiempo es una fuerza poderosa. Puede determinar escasez de alimentos y ataques cardíacos; puede estimular la reproducción de mosquitos y la multiplicación de microbios; puede afectar el humor, para bien o para mal; puede destruir ciudades, o provocar que se cierren temporalmente. Puede matar. Pero por lo que podemos decir hasta ahora, no es el culpable directo de los resfriados, dolores de cabeza, dolor en articulaciones, o hasta la mayor parte de los ataques al corazón. De todas formas, los investigadores van seguir investigando qué papel desempeña.

Resfriados e influenza

Los virus son los causantes de estas enfermedades, pero es una tentación echarle la culpa al invierno frío. Un experimento tras otro ha demostrado que las personas cogen catarro solo cuando se exponen a los virus, no sencillamente cuando sienten mucho frío. El año pasado, sin embargo, investigadores de la Universidad de Cardiff, en Gales, descubrió que personas que se habían mojado los pies con agua helada eran casi tres veces más propensos a coger catarro que los que usaban botas calientes. Las expresiones de, “¡Abuela tenía razón!”, resonaron por todo el mundo. Aún así, este fue solo un estudio pequeño, preliminar. Uno de los investigadores, Ronald Eccles, había propuesto en un estudio anterior que el congelamiento de los pies puede hacer menos resistente el conducto nasal a los virus, al menos en algunas personas. Tiene sentido mantener los pies calientes y secos durante la temporada de frío, pero si se mojan y se enfrían demasiado, eso no significa que esté condenado a empezar a estornudar. Usted puede pescar la gripe de personas ya enfermas, no del clima. El pasaje nasal seco, que resulta del aire seco del invierno, lo puede volver más susceptible. La razón principal de que el tiempo frío y los catarros vayan de la mano es probablemente, entre otras razones, que en el hemisferio norte es período escolar. Los niños que son inmunes a menos virus fríos que los adultos, se congregan en las aulas y otros centros de atención durante el invierno y diseminan la gripe.

 Dolores de cabeza

 Las personas que padecen migraña suelen culpar al mal tiempo, en especial, los cambios de tiempo, pero la mayoría de las investigaciones no respaldan esto. Un estudio publicado en Headache reportó que en algunas personas, las variables climáticas sí parecen provocar dolores de cabeza, pero que “la mayoría de las personas pensó que el tiempo era más el detonador, que la causa.

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