El Club Libanés Sirio Palestino Inc.

El Club Libanés Sirio Palestino Inc.

LUIS SCHEKER ORTIZ
El 5 de mayo de 1914  no será recogido por ninguna efemérides dominicana. No aparecerá en ningún documento oficial del gobierno como una fecha histórica. Para muchos, ese año será recordado como el del inicio de la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, para los primeros emigrantes de los pueblos árabes que se asentaron en el territorio nacional, esa fecha tiene una marcada significación.

Marca el advenimiento o formación del primer Club Social que tomó por nombres “Centro Sirio” o “Centro Sirio Libanés” y luego ostentar su nombre actual “Centro Libanés Sirio Palestino” el cual se instaló en los altos de una casa ubicada en la calle El Conde, casi esquina Sánchez hoy señalada con el No. 62, según nos refiere el doctor Luis Scheker Hane en su charla “Historia y Trayectoria del Club Libanés Sirio Palestino Inc. Evocación de las Emigraciones”.

El propósito de esta naciente agrupación, cuyo primer presidente lo fue el señor José Antonio Scheker, persona que gozara de alta estima por sus acrisoladas virtudes morales, fue reunir a todos los inmigrantes y descendientes de dicha raza en un espacio común donde pudieran compartir, en un gesto de solidaridad y asistencia a sus coterráneos, sus ideas, experiencias y necesidades, al tiempo de encontrar para su socio sano entretenimiento y solaz espiritual luego de fatigosas e intensas jornadas de trabajo.

Los primeros emigrantes árabes, llamados turcos, salieron de sus países de origen ocupado por el Imperio Otomano en pequeñas embarcaciones y en precarias condiciones, asentándose en América, y particularmente en República Dominicana a finales del siglo XIX. Según el distinguido historiador holandés, fallecido recientemente, H. Hoetink, (El Pueblo Dominicano: 1850-1900, Ucamaima, 1972) quien nos dice “los primeros pobladores árabes llegaron a Santiago en 1897, destacando a Abraham Sadhála y su sobrino Avelino, ataviados con vestimentas turcas”. El joven historiador Orlando Inoa (Los Arabes en Santo Domingo) ubicada esta primera migración en el año 1883 o 1884, teniendo como referencia que Nafip P. Haché, a la edad de 17 años fundó en Puerto Plata, en el año 1896, la compañía Nafip P. Haché, que más tarde se radicaría en Santiago y que se conocería con el prestigioso nombre de Casa Haché.

Tras ellos o con ellos fue llegando una nutrida población de emigrantes árabes, llamados por sus parientes o procedentes de una primera parada en Cuba, o de algún otro país de América, atraídos por varios factores que se daban en la media isla pudiendo dispersarse y ubicarse en diferentes regiones y ciudades del país, venciendo todo tipo de obstáculos, donde fueron labrando tras duras vicisitudes, su futuro y el de sus descendientes, dejando testimonio vivo de su honestidad personal y su dedicación al trabajo así como de su determinación de identificarse y enraizarse con pueblo dominicano, enriqueciendo su cultura, formando familias, compartiendo sus afanes y luchas por un mejor porvenir.

Aquel primer club, embrionario, fue luego renovado y fortalecido por un núcleo de entusiastas inmigrantes, donde se destacan las figuras de Nemen Terc, Elías Cheij, Manuel Yabra, Andrés Yege, José Elmúdesi entre otros, quienes poco después, contando con el apoyo de otros socios distinguidos, deciden levantar fondos para adquirir un inmueble donde se edificaría el local que durante muchos años fue centro de reuniones, de fiestas y eventos sociales y culturales ubicado al frente del Parque Independencia y al lado del desaparecido teatro del mismo nombre, donde hoy existe un pujante canal televisivo.

Para el año 1925, la llamada colonia árabe era una comunidad próspera y bien acreditada a todo lo largo del país, sin que por ello fueran olvidados sus lazos afectivos con la madre patria, manteniendo su doble lealtad, según nos dice Hoetink (Ob. Cit.) mientras las nuevas generaciones procuraban mejorar el estatus social y económico de sus padres e incorporarse a la vida nacional.

Precisamente, gracias a ese esfuerzo de integración y superación, el 29 de julio de 1925, mediante Decreto Presidencial No. 200 emitido por Honorable señor Presidente de la República Don Horacio Vázquez, fue concedido a aquel Club, surgido en 1914 los beneficios de la Incorporación Legal, de acuerdo con la Orden Ejecutiva No. 520 de fecha 20 de junio de 1920 que regula, al momento de escribir estas notas, las Asociaciones que no persiguen fines de lucro. Este trascendental decreto, que le confería personalidad jurídica y patrimonio propio e independiente, daba carta oficial de ciudadanía a esta entidad le abriría nuevos y venturosos caminos.

Posteriormente, bajo las ejecutorias de Juan José Attias y de Felipe Mahuad, dada la necesidad de expansión y modernización del Club, se decide la venta del edificio y la adquisición de un nuevo terreno, fracasando penosamente la compra del Club Recreativo Haché, en la Isabel Aguiar, pero no el empeño de darle a la comunidad libanesa y al pueblo dominicano un edificio soberbio, arquitectónicamente concebido para honrar la memoria de nuestros meritorios e ilustres antepasados, así como de los pioneros y fundadores de esa maravillosa idea recogida por las sucesivas directivas hasta llegar a esta feliz culminación.

Gracias a la enseñanza y a ese tenaz esfuerzo de superación de esos emigrantes, de sus ideales y de sus principios, República Dominicana cuenta hoy con un enorme capital humano formado por prestigiosos médicos, abogados, ingenieros, arquitectos, educadores, empresarios, banqueros, industriales, artistas, deportistas, comerciantes, periodistas, militares y políticos y funcionarios públicos, entre otras honrosas profesiones y actividades, que han contribuido notablemente con el desarrollo intelectual, cultural, institucional, profesional o económico de esta amada y sufrida nación, siempre merecedora de mejor destino, sin que su historia pueda escribirse sin nombrar muchos de estos prohombres, ni los enormes sacrificios y los significativos aportes que en los diversos campos de actividad, han hecho los hijos de esta raza excepcional, que ha legado a la humanidad una de las civilizaciones más portentosa, extraordinaria e influyente en opinión del sabio investigador francés doctor Maurice Le Blanc (La Civilización Arabe).

El jueves 5 de mayo de 2005, con la presencia distinguida del Honorable Señor Presidente de la República, la Primera Dama y el Vicepresidente de la República y señora, de la actual directiva presidida por la señora Ivonne Nader, de altas personalidades de la vida nacional y la no menos importante de los numerosos socios de nuestros Club, de sus hijos y descendientes y de los clubes hermanos, tendremos la inauguración de nuestro regio edificio que alojará el Club Libanés Sirio Palestino, situado en la Avenida George Washington, a pocos minutos del Centro de los Héroes de Constanza, Maimón y Estero Hondo, dotado, en esta primera fase, a un costo aproximado de 30 millones de pesos, de todas las facilidades necesarias para ser un gran centro de reunión y grato esparcimiento que fortalezca los nexos familiares y culturales así como los ideales que hacen firme los sentimientos de amistad y solidaridad de nuestros pueblos.

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