El club Massiac, el principio de la revolución de los esclavos

El club Massiac, el principio de la revolución de los esclavos

Todo empezó en julio del 1789, los esclavos empezaron a reunirse en el puerto de Saint-Pierre, Martinique, ellos habían oído el rumor de que el rey de Francia había emitido un decreto liberándolos de la esclavitud y creían que las autoridades locales les estaban ocultando la disposición real.

Esa pequeña revuelta – que fue reprimida rápidamente – se formó antes que la noticia de la caída de La Bastilla llegara a la colonia de Martinique, una de las tres colonias que poseía Francia en las Antillas, las otras eran Guadalupe y Saint- Domingue (Haití de hoy).

Ya para el siglo XVIII, los barones de la industria azucarera de Francia invertían fuertemente en su colonia de Saint Domingue sus riquezas, no se media en función de cuántas hectárea tenían cultivadas o cuántas toneladas de azúcar producían, sino en relación de cuántos esclavos tenían.

Era tanto el tráfico de esclavos, que entre 1700 y 1725 los registros marcan que habían importados 2000 esclavos, esa cantidad se duplicó en los próximos 25 años y volvió a duplicarse cada cuarto de siglo.

Así pues, en el año de 1777 los barcos con esclavos desembarcaron 22,000 africanos y, para 1790 se estableció la cifra más alta de llegada de esclavos con 48,000. Los registros nos revelan que entre 1700 y 1791 llegaron la cantidad de 685,000 esclavos a sus colonias más importantes.

Para 1790, Francia estimaba que habían medio millón de esclavos en su colonia de Saint Domingue, superaban a los blancos en una proporción de diez a uno.

Los esclavos de todas sus colonias, estaban al tanto de que el Rey había convocado los Estados Generales (Representantes electos de la nobleza, el clero y el tercer estado – el resto de la población -) para que lo aconsejaran con respecto a los asuntos abolicionistas.

Los esclavos no eran los únicos interesados en participar en los cambios revolucionarios del Imperio Francés, ya desde 1787, el Rey Luis XVI había llamado los Estados Generales para manejar la crisis financiera.

Así las cosas, los dueños de plantaciones de Saint Domingue, formaron un comité en París para ser representados en los Estados Generales.

Los oficiales reales negaron la petición.

Sin embargo, ya para fines de 1788 y principio de 1789 sin aprobación real, los colonialistas de Saint- Domingue empezaron a redactar sugerencias para ser admitidos en la Asamblea de París. En 1788, Jacques-Pierre Brissot, escritor y abolicionista, empezó a formar un movimiento anti-esclavista llamado “Sociedad amigos de los negros”, tomando como modelo uno similar que se había formado en Londres el año anterior. Ese fue el primer grupo organizado que gestionó la eliminación de la trata de esclavos en las colonias francesas.

Seis miembros de ese grupo fueron admitidos en julio del 1789 a la asamblea de Versalles – ya para ese entonces, convertida en Asamblea Nacional – para agosto del 1789, los delegados habían aprobado “La declaración de los derechos del hombre”. Los propietarios de plantaciones y sus amigos en París llamaron la declaración como “el terror de los colonialistas”. De inmediato, con el propósito de monitorear el desenvolvimiento de la revolución francesa, formaron un grupo que lo llamaron “El Club Massiac”, nombre que tomaron del hotel donde se reunían.

En ese escenario, viene a la luz por casualidad un nativo de Saint -Domingue que andaba por París en asuntos de negocios, educado, culto y mulato (1/4 negro y 3/4 blanco, un quadroon ). ¿Su nombre? Vincent Ogé, oriundo de Cabo Francés – hoy Cabo Haitiano -. Ogé se unió rápidamente a la membresía del Club Massiac y demandó reformas para los negros, advirtiendo a los miembros del Club que “si no hacían reformas rápido – siempre preservando la propiedad privada – hasta un levantamiento de esclavos era posible en Saint-Domingue”.

De Vicent Ogé vamos hablar en mi próxima columna y veremos el rol primario que desempeño en la revolución, emancipación y posterior independencia de Saint Domingue.

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