El CMD y desigualdades salariales

El CMD y desigualdades salariales

El Colegio Médico Dominicano (CMD) tiene varios meses en pie de lucha en busca de que el Gobierno central disponga un aumento general al magro salario que perciben los médicos y las enfermeras por su denodada labor en salvar vidas humanas y aliviar los sufrimientos que padecen aquellos que, por estar enfermos, necesitan de su asistencia profesional. Sin embargo, su demanda ha sido rechazada, tanto por la Secretaría de Estado de la Salud, Prevención y Asistencia Social (SESPAS), como por el señor Presidente de la República, quien le manifestó a su eminencia Reverendísima Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez, que hasta el año 2010 los sueldos de los médicos y de las enfermeras no podían ser aumentados.

Ahora, SESPAS anuncia que monseñor Agripino Núñez Collado servirá de mediador en este conflicto que ha durado ya trece días, siendo los más perjudicados aquellas personas de escasos recursos que no pueden ir a una consulta privada.  La señora que al perecer su hijo lanzó una piedra a los médicos en huelga, fue una reacción patética del estado de  desesperación en que se encuentran los ciudadanos desprotegidos de recursos económicos.

Ahora bien,  creemos que el señor Presidente puede, siempre y cuando haya voluntad política, complacer en parte a los galenos. En un país pobre, llora ante la presencia de Dios que un grupito de funcionarios protegidos y enganchados en el carro triunfal, perciban emolumentos superiores a más de medio millón de pesos mensuales y otro aún más selecto reciba más de un millón de pesos.

Si tomamos el Poder Legislativo encontramos que ciento setenta y cinco diputados y 31 senadores, no sólo tienen salarios exorbitantes, sino que además paulatinamente se aumentan los mismos.  Veamos, tienen un barrilito, sueldo extra por asistir a sesiones y si son miembros de una Comisión también reciben otro viático al igual que por traslado desde las provincias, y para pernoctar le pagan el hotel, sin saber que la mayoría vive en Santo Domingo y que por lo regular se quedan en casa de un familiar y como no se regula sus asistencias, un solo diputado tiene más de dos años y medio que no asiste.  Con lo que ha  ganado inmerecidamente el diputado de marras, se le pudo aumentar el salario al doble del nivel actual, a más de veinte médicos. ¡Cosas veredes Sancho!

¿Y qué decir de los síndicos y regidores en los Ayuntamientos? Es inconcebible que un regidor, la mayor de las veces un analfabeto funcional, gane tres veces más que un médico que se pasó seis años en la universidad y tuvo que hacer una pasantía que le quitó muchas horas de sueño. Además, estos ediles se auto elevan sus sueldos, convirtiéndose en zarrapastrosos o lacras sociales que sólo buscan su provecho personal por medio de dádivas, coimas que pretenden justificar al aprobar proyectos comunitarios al cual están obligados por su condición de ediles.

Por último, ¿Por qué no disminuir sustancialmente el dinero que se les asigna a los partidos políticos? Ya los aspirantes, algunos desconocidos, se han dado a la tarea de abrir la campaña electoral con meses de anticipación y sus sonrientes rostros “engalanan” los postes del alumbrado, muros y hasta árboles. La Junta Central Electoral debería tomar esto en cuenta para descontar recursos económicos a los partidos políticos que permiten que sus aspirantes embadurnen calles y avenidas. Si se planifica y se restringen los “sobre sueldos, gratificaciones y viáticos”, el señor Presidente obtendrá entonces los recursos suficientes para complacer a unos profesionales a los cuales se les ha tratado con discriminación y se les paga como obreros. ¡Ojalá el señor ilumine a los mediadores y se acaben las huelgas médicas!

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