El Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) ha sido convocado para el 15 de mayo próximo. Será su cuarta reunión desde 1994. Su misión será elegir jueces para la Suprema Corte de Justicia y el Tribunal Superior Electoral, dos organismos medulares de la institucionalidad del país que deben brillar por la capacidad e idoneidad de sus integrantes. No hay duda que esta misión lleva implícita una prueba que el CNM deberá superar, sobre todo en estos momentos de notorios reclamos de independencia judicial.
La mayor parte de los miembros del CNM pertenece al Partido de la Liberación Dominicana (PLD), organización que controla el Poder Ejecutivo y el Congreso Nacional. Este desbalance en la representatividad es, probablemente, el elemento más crítico de la prueba pues los jueces a escoger, además de impecable probidad, deberán mostrar desvinculación total de intereses políticos.
La salud institucional del país demanda mucha sobriedad en las decisiones, y nadie debería sentirse seducido por la idea de inclinar la balanza a favor de propósitos particulares por mínimos que parezcan. La República vive una etapa de cuestionamientos a la fragilidad institucional y además se aspira a cambios importantes en lo que concierne a los partidos políticos. El CNM debe ser capaz de sortear la prueba libre de influencias ajenas al fin judicial.

Tenemos que dejar la caverna

A pesar de que nos hemos adentrado en la magia de la cibernética y otros avances, los dominicanos no hemos sido capaces de lidiar con algo tan elemental y omnipresente como los desperdicios sólidos que generan nuestras propias actividades y que son una amenaza real para la salud. El primitivo vertedero a cielo abierto y medios arcaicos de recolección y transporte son los ejes principales de la disposición de la basura. Sirvan los tropezones que tenemos con Duquesa como prueba al canto.
El país tiene buenos aliados en el mundo que han hecho de la disposición de la basura una industria lucrativa y, sobre todo, saludable. Hay que encaminar esfuerzos para adquirir las técnicas necesarias y estimular la inversión en la industria del reciclaje y la eliminación científica de sustancias contaminantes. Hay que salir de la caverna.