El Código

El Código

Nuestro Código Penal es una adaptación del denominado Código Napoleónico, que rige en Francia.

Se le adoptó porque para la época era lo más avanzado en materia de Justicia en todo el mundo.

Nadie, hasta ahora, entiende que ese código nos haya sido impuesto por alguien.

Por otra parte, el Código Procesal Penal (CPP) fue el resultado de un trabajo arduo, que requirió muchas horas de consultas sobre las experiencias que en esa materia habían reunido otros países.

Hay quienes lo defienden como uno de los mejores instrumentos con que hayamos contado en materia judicial, reconociendo su énfasis en el respeto de los derechos humanos.

Es más, a modo de elogio, hay quienes dicen que es muy adelantado para nosotros.

Lo curioso es que nunca antes, durante todos los estudios y consultas y a raíz de su aprobación, nadie lo había denunciado como una «imposición».

Ahora lo hace el vicepresidente de la Suprema Corte de Justicia, Rafael Luciano Pichardo, que lo ha considerado como algo impuesto. El cargo es lanzado por un jurista de peso y un hombre que conoce la judicatura nacional.

El CPP, como toda ley, es susceptible de revisión y actualización con fines de mejorarlo. Ahora mismo el dilema es si debemos revisar el código por considerarlo «impuesto» o inadecuado, o someter a cuestionamientos muy puntuales a muchos de los que tienen el deber de aplicarlo.

En la elaboración de este código trabajaron personalidades y entidades de bien ganado prestigio, personajes y entidades que son las más llamadas a responderle al magistrado Luciano.

La pregunta obligada es si nuestro punto de atención debe ser la alegada «imposición» de este código, o la necesidad que tenemos de mejorar el tino en cuanto a su aplicación.

Salvador Pittaluga Nivar

El fallecimiento de Salvador Pittaluga Nivar, a los 73 años de edad, priva al periodismo dominicano de uno de sus más esforzados maestros, formador de generaciones enteras de comunicadores sociales a través del Instituto Dominicano de Periodismo (IDP), de su fundación.

Abogado de profesión, graduado en la Universidad de Santo Domingo, Pittaluga Nivar asumió el ejercicio periodístico como un sacerdocio que le impuso notables sacrificios y lo expuso a riesgos, en épocas difíciles de nuestro país.

En 1962 dirigió, a través de su programa Actualidades, el histórico debate entre el sacerdote Láutico García y el profesor Juan Bosch, que ganó las elecciones del 20 de diciembre de ese mismo año. Fue fundador del periódico «La tarde dominicana», cuya circulación fue efímera.

Su postura de defensa del derrocado gobierno del profesor Bosch lo colocó ante serios riesgos y le hizo padecer los rigores del exilio. Fue hombre de dignidad y de respeto por los valores morales, y con esas virtudes condujo sus actos hasta la hora de su muerte. Paz a sus restos.

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