POR FÁTIMA ALVAREZ
El año 2004 dejó fuertes ingresos al mundo editorial a través de la venta del más vendido del año: El Código de Da Vinci. Convertido en poco tiempo en el Harry Potter para adultos, El Código de Da Vinci se convirtió en poco tiempo en el fenómeno literario del momento con amplias dimensiones sociológicas y religiosas, al punto que ha favorecido que el Vaticano se pronunciara incitando a sus feligreses a hacer caso omiso del libro, poniendo el grito al cielo y considerando el libro como «blasfemo».
El caso de Dan Brown, el autor, es bien curioso. Escrito el libro, lo presentó a decenas de casas editoriales que rechazaron la obra a la que calificaron de «thriller» de quinta y sin ningún valor literario que pudiera ayudar a las ventas.
Aún no había sido presentado en Estados Unidos, cuando Brown recorrió casi toda España buscándole colocación a su obra. Tras un largo recorrido, una pequeña casa editorial, la Umbriel, decide aceptar la obra y promoverla para, tras un corto período, ver alcanzadas las máximas ventas hasta el momento.
Más de cinco millones de ejemplares en todo el mundo y más de medio millón en España han sido suficientes para que los críticos literarios y los representantes editoriales se halen los pelos preguntándose qué le encuentran al susodicho libro que, para algunos, no es más que un mal libro, mientras que para otros es una blasfemia.
Muchos entienden que Brown enganchó a la historia a un grupo de tontos con un tema del que nunca se ha sabido lo suficiente, como es el de la vida y obra de Jesús y su discipulado durante su vida pública, últimos tres años de su vida física.
Pero mientras unos critican, Joaquín Sabaté, el director comercial de la editorial Umbriel, se ríe con la muela de atrás, sin dar crédito a su propio éxito.: «Estamos saturadísimos explica – porque esto rompe todas las previsiones de papel, de personal, etcétera. El ritmo de venta del libro, medio millón al trimestre, nos hace pensar que un año superaremos el millón de ejemplares», dijo al periódico El Mundo, de España.
No contentos con arrasar con las ventas editoriales, el Museo del Louvre cederá sus vetustos espacios para que en ellos sea filmada la secuela cinematográfica de El Código de Da Vinci.
El director de cine Ron Howard hará la adaptación para Hollywood, que iniciará el rodaje a principios de verano, teniendo como protagonista a Tom Hanks como el profesor Robert Langdon
«Apoyamos firmemente este proyecto,» citó Le Parisien a una fuente del Louvre. «El equipo de producción ha estado aquí para elegir los escenarios en la Gran Galería, pero también en la sala de Mona Lisa que se abrirá al público tras su restauración el 6 de abril.»
EL CÓDIGO Y EL NEGOCIO TURÍSTICO
Todo es mercadeable. El interés que en alguna circunstancia no ha despertado «La Santa Cena» como obra del gran genio del Renacimiento Leonardo Da Vinci, lo despierta ahora el turismo especializado en giras para explorar escenarios del libro y las teorías que rodean el trabajo de Leonardo da Vinci, cuyo cuadro más famoso – La Mona Lisa – se expone en el Louvre.
EL CÓDIGO EN LA RED
«El Código de Da Vinci tiene mucho de proscrito para los cristianos. No sólo porque presenta a un Jesús cuya amante era María Magdalena, sino porque establece cosas diferentes a las de la Biblia cuando señala, por ejemplo, a Pedro como un verdadero traidor, o cuando crritica al Opus Dei y al Vaticano acusándolos de ocultar información sobre Cristo, entre otras cosas. Pero no sólo eso despierta la curiosidad del lector: El Código de Da Vinci es el primer libro que alcanza tales dimensiones tras un espacio obtenido en Internet.
La editorial Umbriel, tras la primera tirada al mercado norteamericano, preparó como apoyo logístico un juego en la web que sugería la solución de incógnitas que iban complicándose a medida que el juego avanza. Algunas de las interrogantes tendrían que ser resueltas a partir de la lectura del libro, lo que implica una lectura «obligada» del mismo como vía para no perder el juego.
El juego de la web ha sido mejorado como producto y ahora incluye rompecabezas, desccubrimiento de objetos ocultos, enigmas por resolver, etcétera.
Destaca el periódico digital El Mundo.es que es muy probable que Brown haya iniciado una nueva era que corresponde a la de los libros en red.
Aunque decenas de personas han hecho encendidas críticas al librom calificándolo de infamia, la verdad es que tanta saña sólo ha servido para una cosa: aumentar la curiosidad y por ende las ventas de este libro que ha pasado a la historia de las ventas editoriales.