El cólera en América Central

El cólera en América Central

El coronavirus que produce la covid19 continúa azotando el planeta: ya se cuentan 57,3 millones de contagiados y más de 1,3 millones de muertos.

En el caso de América Central, tras los duros efectos de esa enfermedad, ha sido víctima recientemente de los devastadores huracanes Eta e Iota, que han llevado a la Unicef a solicitar a habituales donantes 42 millones de dólares, para apoyar a unas 646 mil personas afectadas en esa zona, especialmente para Honduras, Nicaragua, Guatemala y Belice.

Además de las revoluciones de las últimas décadas del siglo XX y de los frecuentes huracanes y tormentas, Centroamérica también ha sido azotada por enfermedades contagiosas, como ocurrió con el cólera a mediados del siglo XIX. A raíz del gran brote de cólera producido en Perú, en enero de 1991, publicamos en Hoy, para entonces, este artículo, que reproducimos ahora:

Con los datos espeluznantes que ha ofrecido la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la proyección de la epidemia del cólera en Perú (enero de 1991) dentro de dos semanas, la comunidad internacional debe tomar con mas interés el fenómeno: De los 22 millones de habitantes de ese país, 14 millones corren peligro de quedar expuestos a la enfermedad, es decir, el 63.6 por ciento de la población, y a principios de marzo ese número de personas puede llegar a 300,000.

Pero la mayor epidemia de cólera en América Latina de que se tiene información fue la que afecto a la América Central durante la guerra patriótica que llevaron a cabo a mediados del siglo XIX los gobiernos y pueblos centroamericanos contra la presencia en Nicaragua y en Honduras de William Walker, el filibustero estadounidense que entre 1855 y 1860 intervino tres veces en Centroamérica, llegando a ser presidente de la República.Las dos primeras intervenciones las realizo en Nicaragua en junio de 1855 y en noviembre de 1857, y la tercera en Honduras, en agosto de 1860. En estaúltima incursión fue hecho prisionero en Trujillo y fusilado poco después.

No haycifras de las víctimas del cólera durante la guerra antifilibustera, pero se sabe que en ella murieron miles de personas.Con el hecho de que hayan fallecido personas pertenecientes o relacionadas con los niveles de mando de las fuerzas enfrentadas se advierte que el pueblo que luchaba en uno u otro ando tuvo un numero alto de bajas.

La primera de esas víctimas del cólera fue el presidente provisional de la zonanicaragüensecontrolada por los llamados democráticos, aliados de Walker, Francisco Castellón, que murió el 4 de septiembre (1855), al día siguiente del triunfo del general Santos Guardiola, en la batalla de La Virgen.

Para entonces, la población de la ciudad de Granada, sede del gobierno legítimo encabezado por don José María Estrada, empezó a ser diezmada por el cólera: eso obligó al gobierno legitimista a instalarse en Rivas.

La epidemia empezaba a incidir en el curso de la guerra.
El cólera paso a ser un factor tan importante enel conflicto, que el doctor Fanning, luego de diagnosticarlo en la bahía de La Virgen al estadounidense William Humphries, contrajo la enfermedad; al igual que otros de los presentes, murió tres horas después. En abril de 1856 fue víctima dela peste el vicepresidente de Costa Rica, Francisco María Oreamuno, a raíz de que la epidemia se propagara después de la segunda batalla de Rivas (Nicaragua). Tambiénlas fuerzas invasoras tuvieron su víctima de renombre: James Walker, hermano del jefe filibustero.

A causa de la aparición del cólera en esa segunda batalla de Rivas, que se extendió durante 24 horas y provoco unas mil bajas, entre muertos y heridos, el ejército expedicionario costarricense dejaba un reguero de muertos y sepultómás de 500 cadáveres en la playa de San Juan del Sur; se estimaron en 10 mil o 12 mil las muertes por la peste.

Cuenta historiador William Scroggsque “el presidente (Juan Rafael) Mora demostró no tener siquiera conocimientos primarios de la ciencia sanitaria para sepultar o quemar los cadáveres putrefactos que fueron arrojados precipitadamente en los pozos de las casas, contaminando de esa manera el aire y las aguas. (…)El cólera apareció pronto en Rivas releando las filas costarricenses con mejor puntería que los más diestros rifleros de Walker.”
En agosto de 1857 moría del cólera la esposa del presidente de Guatemala, general Rafael Carrera.

Al parecer, en Centroamérica la enfermedad del cólera era selectiva con sus víctimas, pues en ningún otro periodo de la historia latinoamericana epidemia alguna extermino a tantos personajes de la vida social y política de una región.

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