El combate al “cáncer” de la corrupción causa dolor a los cubanos

El combate al “cáncer” de la corrupción causa dolor a los cubanos

Los negocios en el restaurante familiar en La Lisa, un barrio apartado de La Habana, están visiblemente bajos en estos días. Las cinco mesas del hermoso jardín de la casa solían llenarse con familias y parejas cubanas, porque hay pocos turistas o extranjeros en el área. A la pregunta de si ahora el vacío en las mesas se debe a los recientes límites del administración Bush a los viajes familiares y las remesas, los propietarios dijeron que no: “Bush hace daño, pero esto de ahora es por Fidel y Raúl”.

Con una abundancia relativa de divisas proveniente de la exportación de médicos y otros servicios, principalmente a Venezuela, y con el final inevitable de sus décadas de mandato ahora a la vista, los hermanos Castro han decidido hacer algo sobre el estado de la burocracia y su tendencia a mal versar fondos y desviar recursos al mercado negro, y al despilfarro por parte los trabajadores que tiene lugar en muchos centros de trabajo.

Mientras que la comida es barata en la Lisa -no más de US$ por servicios, incluyendo un refresco o una cerveza- esto significa 125 pesos cubanos a la actual tasa de cambio del gobierno, y pocos cubanos consiguen más de 400 pesos al mes, a menos que roben. 

 “El cáncer mortal [la corrupción] ha hecho metástasis desde nuestra rodilla hasta aquí [señala el pecho]”, dijo Raúl Castro, ministro de las Fuerzas Armadas y jefe de la “Comisión contra la Corrupción y las Ilegalidades” del Partido Comunista de Cuba (PCC), a los líderes y administradores nacionales en un reciente discurso a puerta cerrada, una grabación en vídeo que se le está mostrando a cuadros seleccionados. 

El señor Castro, que con sus 74 años está en la línea constitucional para sustituir a su hermano Fidel, de 79, si este se retira o quedara incapacitado, dice en el vídeo que 6,000 cuadros y 2,000 miembros retirados que trabajan en pareja están supervisando la economía controlada por el Estado en más de 90%, y que han descubierto que “la situación es mucho peor de lo que imaginábamos”.Cita el caso de la compañía alimentaria mayorista del este de La Habana: a pesar de las 14 visitas de funcionarios del Ministerio de Comercio Interior, se necesitó una pareja de viejos miembros del PCC para descubrir que faltaban 2,000 toneladas de productos.

Un ejército de cubanos jóvenes movilizados por el presidente Castro a finales del año pasado para combatir el robo y la malversación encontró una situación similar cuando asumieron el control del sistema de distribución de combustible, la mitad del cual estaba siendo robado.

“Hemos invitado a la población a participar en una gran batalla […] contra el robo de todo tipo”, dijo el presidente.

De 159 países estudiados por corrupción en 2005, Transparencia Internacional clasificó a Cuba en el lugar 59, muy atrás de Chile (21) y Uruguay (35) pero por encima de México y Brasil, y mucho mejor que Argentina.

Cuba ha estado tratando durante varios años de enfrentar su problema con la corrupción, pero la campaña actual, que empezó con el establecimiento de la Comisión contra la Corrupción y las Ilegalidades hace tres años, es la más seria en décadas, dicen observadores. “El alto liderazgo parece rechinar de limpio, pero por abajo hay un caos que ha resultado muy duro de combatir”, dijo un banquero extranjero radicado en La Habana. 

En 1997, la Oficina Nacional de Auditoría  reportó que solo9 cinco de 264 auditorías de compañías nacionales tuvieron una buena contabilidad, con 51 satisfactorias, 101 regular y 107 malas. El informe dice que 51% de las 2,959 auditorías de otras entidades calificaron la contabilidad como regular o mala.

En 1998, el gobierno creó la Comisión nacional de Pagos pare resolver el tema de las deudas no pagadas entre compañías estatales, una cortina de humo para la malversación. Las compañías se deben entre sí más de 4 millardos de pesos y millones de dólares.

Las autoridades cubanas purgaron la industria turística hace más de dos años, designando como primer ministro a un protegido de Raúl Castro, centralizando toda la actividad económica, imponiendo controles estrictos al uso de las divisas y despojando a los gerentes de las compañías de beneficios.

La medida coincidió con una marcha atrás de las reformas orientadas al mercado de los años 90, y empezaron cuando el país empezó a salir de la crisis económica que siguió a la desaparición de la Unión Soviética.

“Cuba no es un país de ladrones, pero muchos cubanos cometen delitos económicos a pequeña escala, por necesidad”, dice Phil Peters, un experto en Cuba, en el Washington Institute, un centro de estudios conservador de Estados Unidos. 

“Hasta que haya una base amplia, un crecimiento económico sostenido que cierre la brecha de ingresos entre los trabajadores que han contado con las divisas y los que no, los incentivos para el robo de los recursos del Estado van a continuar. En la raíz, el problema tiene que ver con la política económica, no el cumplimiento de la ley”, dice el señor Peters.

Mientras tanto, la presión desde arriba y desde abajo ha resultado en cientos de burócratas despedidos, también con algunos expulsados del Partido Comunista.

Pocas personas tienen interés en cubrir esos cargos, en la medida que la corriente de ingresos ilegales se seca y existe el riesgo de ser considerado responsable del robo de los subordinados, dijeron fuentes del gobierno.

VERSION: IVAN PEREZ CARRION

Publicaciones Relacionadas