El comienzo y el fin

El comienzo y el fin

La primera de las siete conferencias que componen “La teoría del todo”, de Stephen Hawking, comienza con las explicaciones de Aristóteles acerca de los eclipses, continua con las ideas formuladas por Ptolomeo en el siglo I DC; desemboca en Copérnico, Kepler, Galileo y la aparición del telescopio. Es una suerte de inventario abreviado de la historia de la astronomía. Enseguida Hawking aborda el tema de “el comienzo del universo”, según las cosmologías de la tradición judeo-cristiana. Entonces cita el argumento propuesto por San Agustín en su libro “La ciudad de Dios”.

El argumento del agudo padre y doctor de la Iglesia consiste en que “la civilización progresa y que recordamos a quien ejecutó cierta tarea o desarrolló cierta técnica. Por lo tanto, el hombre, y con ello tal vez el universo, no pudo haber existido siempre. De lo contrario ya habríamos progresado más de lo que lo hemos hecho”. Hawking consigna que San Agustín “aceptaba una fecha en torno al 5,000 AC. para la creación del universo según el libro del Génesis. Resulta que esta fecha no está muy lejos del final de la última glaciación, aproximadamente en 10,000 AC, que es cuando empezó realmente la civilización”.

Todo esto va a parar al problema del “big bang”, que es el nacimiento del tiempo en la cosmología contemporánea. Con el gran estallido no surge la materia concentrada que, a partir de entonces, se expande en forma de galaxias. Esa materia era algo preexistente. “Si hubo sucesos anteriores a ese momento, no podrían afectar a lo que sucede en el tiempo presente. Su existencia pude ignorarse porque no tendría consecuencias observacionales. Se puede decir que el tiempo tuvo un comienzo en el “big bang”, simplemente en el sentido de que no pueden definirse tiempos anteriores”.

Quiere decir que el “big bang” inaugura el tiempo, no la materia. El universo en expansión es el reloj de una explosión extraordinaria; viene a ser flecha de la dirección del tiempo. Pero los físicos han acuñado una palabra compuesta: espacio-tiempo-, que “engloba” o complica dos caras de la realidad. Según Hawking: “no hay necesidad física de un comienzo. Se puede imaginar que Dios creó el universo en cualquier momento del pasado”.

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