No hay duda alguna que una tarea educativa que aspira a buenos resultados, implica la mutua complementación entre la paternidad y la maternidad. Cuando se realiza el complemento necesario es cuando se alcanza lo íntegro y perfecto. Sin el complemento de papá y mamá es imposible anhelar una educación íntegra y perfecta.
Les parecerá mentira, pero es cierto, los padres que ayudan a lavar los platos y la ropa podrían tener un papel importante en la formación y el futuro de sus hijas, según sugiere un estudio publicado en Psychological Science.
Independiente de si trabajan por fuera o no, si cuentan con ayuda doméstica o no, las mujeres por lo general, son las que se encargan de hacer de la casa un verdadero hogar, velando que todo marche sobre ruedas. Pero esta responsabilidad no debe ser exclusiva de las madres, si todo el peso cae sobre ellas terminarán agotadas y lo más probable es que también se altere la armonía del entorno.
Es por eso que indiscutiblemente, las tareas que surgen en el hogar deben ser asumidas por todos, incluyendo el esposo, los hijos o demás personas que conviven bajo un mismo techo.
“El trabajo del hogar es una responsabilidad de todos. Todos deben hacerse cargo de construir la familia y lo doméstico forma parte del cuidado del espacio territorial familiar. La familia es un espacio relacional donde el amor está presente a través de la acción y no sólo como sentimiento”, señala Jaime García, profesor de la U. Adolfo Ibáñez en Chile.
Estudiosos de la materia determinaron que los padres que comparten de forma igualitaria las tareas domésticas tienen más posibilidades de tener hijas que aspiran a ocupaciones tradicionalmente menos femeninas, sin embargo, los padres que creen en la igualdad de género y en cambio le dejan la mayor parte del trabajo doméstico a las madres tienen hijas que eligieron carreras más tradicionalmente femeninas, como enfermería, diseñadora de modas, bibliotecaria y ama de casa.
“Al contribuir en casa, los padres podrían estar dándoles a las hijas la señal de que pueden prever que los hombres ayuden con las tareas del hogar, dándoles a las mujeres más tiempo para trabajar, indicaron los investigadores”.
Es vital entender, que cuando se distribuyen las labores del hogar entre todos los miembros de la familia, no solo se mejora la convivencia, sino que también se brindan lecciones educativas alrededor de la cooperación, la autonomía y la responsabilidad.