El compromiso de Lima frente a la corrupción y Declaración Venezuela

El compromiso de Lima frente a la corrupción y Declaración  Venezuela

En Lima hubo eventos fuera de agenda. Un bullicioso y nutrido colectivo cubano denostó a participantes de la Cumbre, especialmente al Secretario General de la OEA Luis Almagro. No obstante, la “Declaración sobre Venezuela” fue firmada por 16 Jefes de Estado y de Gobiernos de Argentina, Bahamas, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Santa Lucía y Perú, además del Vicepresidente de Estados Unidos. El Presidente Medina tenía la coartada perfecta para no endosar esa Declaración, pues había propiciado negociaciones entre Maduro y su oposición. Un mediador no debe transmutarse en procurador fiscal ni en testigo de cargo. Esta Declaración abarcó: 1.- Elecciones con garantías. 2.- Respeto de los derechos humanos. 3.- Apoyo a la Asamblea Nacional. 4.- Asistencia humanitaria a través de la ONU. 5.- Diáspora y migración con preocupante éxodo de venezolanos 6.- Restablecimiento de la democracia. 7.- Recuperación económica con apoyo internacional, una vez restaurado el orden democrático y constitucional.
Gobiernos y organizaciones públicas y privadas se pronunciaron enérgicamente contra la corrupción. Este claro mensaje quedó materializado en el “Compromiso de Lima”. El Presidente Medina ocultó a Punta Catalina. Aparentó estar contra la corrupción, señalando: “La República Dominicana se identifica plenamente con el espíritu y la letra del Compromiso de Lima sobre Gobernabilidad Democrática frente a la Corrupción”. Abordó una supuesta transparencia presupuestal, a falta de logros concretos contra la corrupción. Dijo allí, lo mismo que dijo aquí el 27 de Febrero: “Esto quedó demostrado en enero de 2018, cuando el Informe Mundial sobre el Índice de Presupuesto Abierto Internacional situó a la República Dominicana en el lugar número 20 de los 115 países que fueron evaluados”. El 2 de marzo en mi artículo “Danilo huyendo hacia delante por su fracaso en Catalina”, repliqué: “Sacamos una buena nota de 66, pero Danilo no dijo que su gobierno se quemó con una bajísima nota de 17 sobre 100 en el renglón de “Participación Pública”. “International Budget Participation” dictaminó que: “La República Dominicana provee pocas oportunidades para que el público participe en el proceso del presupuesto”. Con esa reprimenda Danilo debería publicar, rápidamente, la ejecución presupuestaria de Catalina, incluyendo todos los pagos a terceros y los exorbitantes costos financieros”. Hasta aquí el artículo citado.
El Presidente peruano, Martín Vizcarra, el presidente del BID, Luis Alberto Moreno, el Secretario General de la OEA y todos los otros dignatarios propugnaron por la cooperación internacional para luchar solidariamente contra la corrupción. Danilo no podía decir que hizo una auditoría a Odebrecht. Tampoco, que la PGR instrumentó un sólido expediente acusatorio por esa corrupción. No mostró la virilidad de su discurso sobre Barrick, del 2013. Danilo pudo reivindicarse, si hubiese solicitado, pública y personalmente, apoyo al presidente peruano para que su Procuraduría y otros organismos orientaran a la PGR dominicana explicándole cuál fue el procedimiento seguido por los peruanos para lograr interrogar al propio Marcelo Odebrecht, quien confesó, entre otros temas relevantes, que él– Marcelo- personalmente, había autorizado pagar sobornos para financiar todas las campañas, de todos los candidatos presidenciales del Perú, incluyendo los triunfadores y los derrotados. También la Procuraduría peruana logró que el representante de Odebrecht en Perú, Jorge Barata, retornara a ese país y, bajo Acuerdo de Lenidad, fuera interrogado, sustentando los cargos del expediente acusatorio, y como testigo de cargo en el próximo juicio contra empresarios, funcionarios, y hasta ex-presidentes y consortes. Con tales interrogatorios, aquí también se confesarían sobornos para adjudicaciones y sobrevaluaciones Si hubiese pedido apoyo a Vizcarra, habría sido yo el primero en reconocer ese comportamiento de Medina.
Danilo sabe, por su origen político, que el Premier Soviético Khruschev, participante activo del estalinismo, pudo reivindicarse históricamente denunciando en 1956 los crímenes de Stalin en su “Discurso del XX Congreso del PCUS”. Empero, reincidió reprimiendo. Balaguer intentó reivindicarse, denunciando el trujillismo, pretendiendo desvinculase del tirano, en su Discurso ante la ONU, en 1961, estando todavía Ramfis aquí.

El Compromiso de Lima y la Declaración de Venezuela propugnan por campañas electorales limpias, sin financiamiento sucio. Impidamos las reelecciones de Maduro y Danilo enarbolando la consigna de Francisco Madero para derrotar la dictadura de Porfirio Díaz: “Sufragio Efectivo no Reelección”. También su corolario: “Sufragio con Efectivo no Es Elección”.

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