El concepto ecuatoriano de su cooperación con Haití

El concepto ecuatoriano de su cooperación con Haití

Ecuador inició el ejercicio intenso de cooperación con Haití desde el mismo momento en que se conoció en Quito la magnitud del desastre telúrico sufrido por la hermana nación el 12 de enero de 2010. 

Así, ya antes de que culminase ese mes de enero, el Presidente Rafael Correa visitó Puerto Príncipe para conocer de primera mano la magnitud del desastre y extender su apoyo.

La convocatoria inmediata a la reunión presidencial de los países miembros de la  UNASUR en Quito, donde el país mantuvo un importante liderazgo, sensibilizando al continente para entregar su solidaridad, aspecto que en el caso del Ecuador se hizo realidad con la presencia del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, que acometió importantes obras en el valle del Artibonite, dejó en claro la voluntad ecuatoriana de cooperar con Haití, en el marco de un esfuerzo Sur-Sur.

El Ecuador reconstruyó en el valle del río Artibonite, en los meses inmediatos, 60 kilómetros de carreteras, levantó puentes, muros de contención y abrió canales de riego y otras obras para reanimar a la rica provincia agrícola haitiana.

 La primera fase de las obras terminó en septiembre de 2011 y, al entregarlas ese mes al pueblo de Haití,  el Gobierno del Ecuador escuchó el pedido del presidente Martelly para que el esfuerzo de cooperación continuase.

Ecuador, sensible al igual que la República Dominicana para colaborar con Haití, no se hizo de oídos sordos y comenzó a analizar los frentes posibles para la continuidad de su cooperación y en ese espíritu recibió los pasados días la visita del presidente Martelly a Quito.  

La continuidad de la cooperación fue acordada y el batallón militar de ingenieros del Ecuador volverá al valle del Artibonite a continuar con las obras en esa región construyendo escuelas, centros sanitarios y obras públicas para la población y para el desarrollo agrícola.   Ecuador en su colaboración con Haití maneja el concepto de cooperación para el desarrollo, donde privilegia la asistencia técnica, no la ayuda financiera, pues Ecuador es un país también de recursos limitados.  Por norma constitucional, respeta la soberanía y la voluntad política del Estado amigo y maneja su apoyo bajo el concepto de cooperación Sur-Sur, no de ayuda paternal y menos aun con el interés de crearse un paraguas de influencia política regional, como tradicionalmente se han comportado las potencias imperiales en sus ejercicios de ayuda internacional.

 Consciente de estos conceptos que rigen la política exterior del Ecuador y de la cooperación técnica que por más de veinte años el Ecuador ha venido prestando a Haití en materia de formación de su personal de seguridad, el presidente Martelly se sintió libre de plantear su pedido al presidente Correa de colaboración para conformar una institución paralela a la Policía de Haití, que ejerza tareas humanitarias en caso de desastres naturales, de apoyo a la inclusión social y al desarrollo estructurado de Haití.

Sin concretarse de parte del Ecuador un proyecto específico de ayuda en esta materia. E incluso aun como idea planteada por el presidente Martelly, ésta fue ajena y distante a la posibilidad de cooperación para la estructuración de una fuerza armada. Todas estas reflexiones a propósito del artículo publicado en diario “Hoy”, por el columnista Bernardo Vega, “Correa, Martelly y los guardias”, quien pese a colocar en el título el nombre del presidente Correa, no cita ninguna fuente ecuatoriana en la elaboración del texto.

El autor es Embajador de Ecuador en R. D.

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