El conejo y el burro

El conejo y el burro

Cuentan que todos los años el gobierno de los Estados Unidos produce un importante documento donde examina la situación de países fuera de sus fronteras.

El análisis de los derechos humanos, el trato a  inmigrantes, la autoridad, el trato a prisioneros, el narcotráfico y la conducta policial, son algunos de los temas más interesantes que producen preocupación.

No es nueva la polvareda que se levanta anualmente en torno a tan importante documento.

Lo más interesante es que el gobierno norteamericano emplea anteojos de tuerto para ver la situación, país por país.

Y digo que emplea anteojos de tuerto en sus análisis ya que, como no ven de un ojo, sólo son capaces de ver la paja en el ojo ajeno y no las vigas que les impiden ver los problemas en su propio país.

De violaciones a los derechos humanos hablan las cárceles que mantiene la Agencia Central de Inteligencia (CIA por sus siglas en inglés) en distintos países cómplices que les permiten mantener lugares de detención donde se practica toda suerte de torturas que las autoridades norteamericanas ven con el ojo tapado de los anteojos de tuertos. Las propias autoridades norteamericanas admiten que mantienen esos centros de torturas donde se violan todas las leyes de todos los países.

La prisión de Guantánamo es algo que tienen los gringos más arriba del moño, como decimos para acá cuando hay una situación insostenible.

Sobre los inmigrantes haitianos Estados Unidos tiene la fuerza de cara de hablar de maltrato. Ese “maltrato” lleva a los haitianos a convertirse en vendedores de frutas, frutos, tarjetas para teléfonos, dulces y confituras, negocios que realizan en medio de calles y avenidas sin que nadie regule, vigile y controle tan peligrosa interrupción del tráfico.

También se ve en el desplazamiento de los criollos en la industria de la construcción, en el  manejo de fincas agrícolas y ganaderas.

Y qué decir de las emergencias y las áreas de maternidad de los  hospitalarios públicos, mantenidos por el presupuesto nacional.

Y ni hablar del maltrato a los haitianos ante la tragedia actual creada por el terremoto que afectó la parte oeste de la isla.

Sobre el tráfico de drogas junto con la denuncia de que por aquí pasa una parte de la que va hacia el gran mercado de Estados Unidos, el importante documento calla cuáles medidas adopta su gobierno para detener, disminuir y acabar con el mayor consumo del mundo que está en su país. 

Nuevamente vemos cómo el conejo le dice al burro orejón.

Así sí es bueno ¿eh?

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