El CONEP y la desigualdad

El CONEP y la desigualdad

Está de moda, sin dudas. Eso de hablar de la desigualdad es muy trendy en las economías desarrolladas y en las economías wannabe, como la nuestra. Está de moda y es novedad en las economías más desarrolladas pues la percepción de la crisis se prolongó más de lo esperado, y porque hay ebullición política y social que pone en jaque el statu quo. En economías como la dominicana está de moda gracias a la influencia de autores como Piketty y de los diarios internacionales; gente importante habla del tema, pero no es novedad. En RD se ha dicho varias veces, y de distinta manera, que a pesar del crecimiento del PIB en 50 años es relativamente poco lo que se ha avanzado en materia de desigualdad. Así, para los países ricos será moda y novedad, pero para nosotros es moda… de nuevo.

Lo que sí es muy novedoso aquí y allá es que representantes de las clases más pudientes se preocupen del tema. Por ejemplo, en EE. UU., fue impactante que Bill Gates entrara en el debate; y en nuestro país, que el nuevo presidente del CONEP, Rafael Blanco Canto, acusara a la clase política de ser la responsable de la mala distribución del ingreso. No sé si tanto aquí como allá se tratase de miedo o conciencia, pero sí sé que es muy novedoso que gente no especializada en el asunto se haga eco de una verdad: la desigualdad existe, duele y es vergonzoso ser el responsable de ella. ¿Se atreverán a debatirlo seriamente?

Antes de poner algunas apostillas a las afirmaciones de Blanco Canto, quizá vale la pena decir clara y simplemente que le sobra razón. Es a la clase política a quien le toca resolver mediante los mecanismos democráticos el problema de una muy mala distribución del ingreso. Eso no tiene ni un más ni un menos. Es simplemente verdad.

Sin embargo, también valdría la pena, tomando las mismas declaraciones del presidente del CONEP, reflexionar mirando el espejo de Grecia, España, Portugal y los mismos Estados Unidos sobre qué cosas pueden hacerse, cuáles no conviene que se hagan y quién paga el almuerzo; que ya sabemos que nunca es gratuito. Así, no basta con señalar a los políticos como culpables.

Si no queremos políticos populistas que se monten en la realidad devastadora, es importante que entendamos que hay que mejorar el gasto – tal como dijo Blanco Canto-, pero también hay que aumentarlo; y para aumentarlo hay que debatir quienes son los que van a pagar más impuestos.

También debemos conversar, profunda y abiertamente, cómo con el marco legal vigente vamos a atender salarios promedios tan bajos en los niveles básicos, medios y medio-altos, porque es importante comprender que allí radica la mala distribución del ingreso; en nuestro país se pagan muy malos salarios. Tampoco deberíamos dejar de lado las ineficiencias de la seguridad social, tanto en el aspecto salud como en el de pensiones, y evaluar qué puede hacer el empresariado para mejorarla.

Ya que el CONEP puso el tema en debate, no lo dejen caer; es importante, muy importante.

 

Publicaciones Relacionadas

Más leídas