Las declaraciones del Presidente Fernández sobre la importancia del pensamiento político: todas las grandes construcciones ideológicas, marxismo, socialdemocracia y conservadurismo hoy son ideas que están siendo cuestionadas y colocadas en el debate más profundo (Hoy, 15/06/08), ha provocado lo que más cerca está de ser un debate.
Bernardo Vega recurre a la erudición, al comparar la afirmación del Presidente con una cita de Gustav Flaubert, que al referirse a la Roma Clásica dijo que los dioses no estaban ya, el Cristo no estaba todavía. Hubo un momento único, en el que el hombre estuvo solo. Vega considera que aquella época, cómo ésta, estás entre dos épocas, estamos: entre el final de la Guerra Fría y algo nuevo que no podemos predecir (Clave Digital, 19/06/08)
Otros también recurrieron a la erudición, pero haciendo juicios de valor. En este grupo se sitúa el escritor Andrés L. Mateo quien bien dice que la aventura de la humanidad es la historia del concepto y desarrolla toda una tesis que se resume en que Fernández usa con mayor destreza el juego contradictorio de la retórica conceptual pero que este no tiene más que un valor negativo. (CV. 19/06/08)
Su aproximación es un ejercicio de oposición, juzgando a la persona, sin profundizar en las ideas, veamos: el concepto de prioridad de Leonel establece un juego por la visión manifiesta de su vanidad El concepto hace del todo imposible el culto del yo, menos en Leonel Fernández. Dejando la sensación de que Mateo no hace una reflexión sobre lo dicho por el Presidente.
En cambio, Eduardo Jorge Prats reconoce que pensamiento es poder, como afirmó Fernández, que si se quiere un pensamiento emergente, tiene que venir de una ciencia crítica y sitúa al Presidente en una tradición hostosiano-boschista porque dice que hay que enseñar a la gente a pensar. Jorge Prats sugiere en su artículo (Hoy, 19/06/08) una acción concreta para que el burócrata, más que el político, aprenda la ciencia de la administración de la cosa pública.
Uno puede concluir a partir del debate suscitado que el pensamiento, como manejo de los conceptos es poder (ALM), que estamos en el dintel, parados entre dos épocas (BV), aún, vale la pena enseñar a pensar (LF) y más, hay que educar al burócrata (EJP). Yo añado: no desde la voluntad política, sino desde la voluntad colectiva.