El coqueteo político

El coqueteo político

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En estos días venimos observando, que hasta ahora, los votantes dominicanos no parecen estar dispuestos a alterar sus preferencias electorales, independientemente de lo que hagan los partidos, que les parece que es una frivolidad. Los políticos de los tres partidos mayoritarios se empeñan en mencionar la pobreza o el desempleo o el descuido del agro, y se olvidan que en el ambiente nacional solamente existe una realidad, el electorado inconforme porque durante este gobierno el progreso y el empleo bien remunerado, sólo ha favorecido a una parte, olvidando que el pasado es irreparable, que el futuro es lo único que importa.
Nosotros los que no somos arrastrados por las yuntas que arrean los políticos, sabemos que es difícil fascinar a un pueblo, porque el gran teatro de nuestra política, solamente suele ser tan sugestivo como la contemplación de aquello que suele suceder con las promesas, los compromisos pactados o los propósitos afirmados, porque no ignoramos que después de la gran venta u ofertas ilusionantes, viene como corolario la perdida decepcionante de las esperanzas.
Las elecciones venideras, en efecto, configuran en medio de la complejidad y variedad una gran variación de las tendencias existentes y las perspectivas de los pactos acordados realmente o por debajo de la mesa, no son más que sueños en busca de poder y no contempla mejoría del pueblo, por lo menos eso son nuestros temores u objeciones cautelosas, porque el entendimiento entre nuestros políticos nunca ha tomado como base los principios constitucionales cuando han transcurrido las tormentas verbales de campaña, es de rigor que se imponga la mezquindad del poder absoluto.

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