El corazón de una madre: La historia de sacrificio y amor de Albita

El corazón de una madre: La historia de sacrificio y amor de Albita

En un barrio cercano al Mercado Nuevo, en la avenida Duarte, vive una mujer que, con su ejemplo de amor y sacrificio, ha dejado una huella imborrable en su familia y en quienes la conocen. Alba Margarita Cedeño Rivera, cariñosamente conocida como Albita, a sus casi 88 años, es mucho más que una madre: es un símbolo de entrega, fortaleza y esperanza.

Con una amplia sonrisa, doña Albita limpia su casa mientras conversa. Mueve con delicadeza una olla donde prepara sus alimentos, y en un suave susurro se escucha el Ave María de Céline Dion, su canción favorita. Entre las melodías de Jesús Adrián Romero y otros artistas cristianos, comparte su amor por las plantas y el cuidado especial que brinda a cada una de ellas.

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Un madre que lo dio todo por sus hijos

Desde que sus hijos eran pequeños, Albita asumió con valentía el rol de madre, maestra, guía y protectora. A pesar de tener una educación básica, lideró con firmeza el proceso educativo de sus nueve hijos: Silfrido, Carmen, Fernando, Ramón, Libertad, María, Yosarah, Sandra y Leonora. Siempre los motivó a estudiar y superarse.


“En esa época no se hablaba tanto de psicología, pero yo sabía que para que mis hijos salieran adelante, tenían que estudiar y luchar”, confiesa con una sonrisa llena de orgullo. Su lema, “En esta casa se estudia”, acompañó a sus hijos desde la infancia hasta que concluyeron sus estudios universitarios, e incluso algunos realizaron maestrías y posgrados.

Su sacrificio no se limitó a las horas dedicadas a la enseñanza y supervisión, sino que también abarcó grandes esfuerzos económicos y emocionales. Trabajó incansablemente en múltiples oficios: fue paletera y más tarde abrió una pequeña mercería en su casa que funcionaba las 24 horas. Siempre priorizó el bienestar de su familia por encima de sus propias necesidades.
“Nunca me quejé, porque sabía que todo lo que hacía era por ellos”, afirma con humildad.

Sin embargo, su entrega fue más allá de lo material. Albita siempre estuvo presente en cada logro y en cada dificultad, ofreciendo palabras de aliento y un cálido abrazo. La disciplina que impuso en su hogar, combinada con su amor incondicional, forjó en sus hijos valores sólidos y un carácter resiliente.
“Si te caes, te levantas y sigues adelante. Quedarse en el suelo no resuelve nada”, solía decirles.
“Gracias a ella aprendimos que la familia es lo más importante, que con amor y esfuerzo todo se puede lograr”, expresa Silfrido, su hijo mayor.

Los sacrificios de Albita también incluyeron renuncias personales, momentos de profundo cansancio y noches sin dormir, todo con la esperanza de que sus hijos pudieran tener una vida llena de oportunidades.

Hijos valoran todo lo que hizo

“Ella nos enseñó que el amor de madre no tiene límites y que el sacrificio es la mayor expresión de ese amor”, comenta Leonora, la menor.

Hoy, sus hijos reconocen y valoran profundamente todo lo que Albita hizo por ellos. La describen como una mujer fuerte, luchadora y llena de amor, que con su ejemplo les enseñó a nunca rendirse y a perseguir sus sueños.

“Mamá, eres nuestro ejemplo a seguir. Gracias por todo lo que diste y sigues dando”, le dicen con cariño.

La historia de Albita nos recuerda que el verdadero amor de madre se demuestra en los sacrificios cotidianos, en las pequeñas acciones que construyen un gran legado. Sus hijos llevan en el corazón el orgullo y la gratitud por una mujer que, con su entrega, les enseñó que el amor y la dedicación son las raíces que sostienen una familia fuerte y unida.

Porque, al final del día, el mayor regalo que una madre puede dejar es un corazón lleno de amor y valores que perduren en el tiempo.

Wendy Berroa Hernández

Wendy Berroa Hernández

Soy una seguidora del "buen gusto" que tiene licenciatura en Comunicación Social, mención Periodismo de la UASD. Con Maestría en Comunicación Corporativa, APEC. Además, tengo estudios en Ceremonial y Protocolo institucional, Técnico Profesional en Ceremonial y Protocolo, Inst. 173 Argentina.
También, cuento con algunos diplomados en Relaciones Públicas; Marketing digital y redes sociales; locución, entre otros.

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