El corazón de una mujer de ciudad

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En la época moderna, es necesario seguirle el paso al vertiginoso ritmo de las grandes ciudades para no quedarse atrás. Las presiones del día a día, las distancias y la competencia laboral, no dejan más que unas cuantas horas a la semana para dedicarlas al cuidado del cuerpo y el esparcimiento de la mente.

Aún cuando es sabido que las mujeres tienden a vivir más que los hombres, en ambos casos la principal causa de muerte son las enfermedades del corazón.

La hipertensión arterial es uno de los principales factores de riesgo para la enfermedad arterial coronaria y el accidente vascular cerebral. Hay millones de hipertensos de entre los 20 y 69 años de edad, se estima que en este rango el 26.3 por ciento de las mujeres presentan el padecimiento. Además, más de la mitad (el 61 por ciento) de los hipertensos ignora que lo es y sólo el tres por ciento de esta población está bajo control.

Las mujeres jóvenes hoy en día se enfrentan a un sinfín de actividades, las demandas de la sociedad y sobre todo de ellas mismas las empujan a trabajar jornadas más y más largas y a manejar niveles de estrés cada vez más altos. En muchos casos, no tienen tiempo para hacer ejercicio, descuidan su alimentación y comienzan a adquirir hábitos como el café para despertar en la mañana, el cigarro para calmar los nervios e incluso el alcohol para relajarse después de un día difícil.

Por otro lado, el estar sentada frente a una computadora por ocho horas y la “comida chatarra” para matar el hambre a media mañana, casi siempre traen consigo problemas de sobrepeso y obesidad que provocan serios problemas a la salud. Sin duda, la conquista de espacios laborales les ha significado un aumento de los factores de riesgo cardiovascular. El ir detrás de un futuro profesional más prometedor no tiene nada de malo, siempre que no se pierda la perspectiva y se dejen a un lado otros aspectos importantes.

En República Dominicana, las mujeres cada vez empiezan a trabajar más jóvenes y es normal que en esta etapa la principal preocupación sea la de lograr un desarrollo profesional y asegurarse un lugar en el mundo laboral, ya que es la mejor edad para hacerlo. Sin embargo, ¿cuántas de ellas piensan que esta es la mejor etapa para preocuparse por la salud de su corazón?

“Aunque en general vienen a consulta más mujeres que hombres, es muy raro ver mujeres jóvenes en el consultorio. El cambio de hábitos es una medida indispensable, pero no lo es todo. Existe una falsa sensación de que el cuidado en los hábitos es un seguro de vida y aunque ayuda muchísimo hay que chequearse. Esto es algo que los jóvenes deben entender.

A pesar de lo que se piensa, la hipertensión arterial no es cuestión de edades, y aún cuando la prevalencia más alta la tienen los adultos mayores, cada vez se presenta en gente más joven, las complicaciones llegan con el tiempo, pero el momento de saber si se padece y, en su caso, comenzar un tratamiento, es ahora. De entre toda la población adulta, las mujeres jóvenes son quienes aparentemente tienen menos riesgo de padecerla; sin embargo, para cualquier mujer, la posibilidad aumenta conforme pasan los años, y las consecuencias de ignorar los riesgos que esta enfermedad representa llegarán tarde o temprano.

El corazón de una mujer de ciudad

La hipertensión arterial es una enfermedad de mitos: todo mundo cree que es una enfermedad de hombres, mientras que es primordialmente de mujeres; se piensa que es una enfermedad de viejos, cuando está atacando a nuestros jóvenes.

Quien padece de presión elevada no la debe subestimar. Según se calcula, el 1.5 por ciento de los hipertensos muere cada año por causas directamente relacionadas con el padecimiento. Por ser una enfermedad que no presenta síntomas, es conocida como “el asesino silencioso”, término que describe muy bien el padecimiento, porque antes que síntomas causa daño a los diferentes órganos del cuerpo, provocando incapacidad e incluso la muerte.

Las complicaciones que se presentan por tener la presión arterial alta se relacionan con el daño que sufren las arterias y que pueden desencadenar en un evento vascular cerebral, infarto al miocardio, aneurisma, insuficiencia renal crónica, insuficiencia arterial (gangrena) y ceguera, dependiendo de las arterias afectadas.

Los estudios clínicos proporcionan a los médicos una mayor evidencia de las ventajas de un medicamento sobre otro. Uno de los más estudiados y el más prescrito a nivel mundial es el besilato de amlodipino, que ha demostrado un efectivo control de la presión arterial en un amplio rango de pacientes, incluso aquellos que tienen otros padecimientos. El tratamiento, entre más temprano mejor.

Fuente: Revista Ciencia Plus

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