La vida ha cambiado drásticamente en los países donde el coronavirus se ha proliferado. Las personas se han adaptado a nuevos hábitos de higiene, vestuario, e incluso de alimentación.
Antes de que este mal llegara a nuestras vidas, la tendencia era lavarse las manos al ir al baño o antes de comer, hoy día es necesario hacerlo con mucha más frecuencia y el gel de manos se volvió un producto de primer orden.
La proliferación del COVID-19 por el mundo también ha disparado el uso de mascarillas, tanto en su versión sanitaria como en las elaboradas en tela, aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado sobre el uso de estas últimas asegurando que no protegen y que el virus puede vivir en la tela por mucho tiempo.
Con relación a las mascarillas, el COVID-19 no ha hecho más que potenciar una tendencia que ya llegó hace tiempo como accesorio de moda urbana y, a su vez, como símbolo de protesta por el riesgo que supone para la salud el cambio climático, con impulsores de la talla de la popular cantante Billie Eilish. Las firmas de moda han hallado en el pánico por el contagio un filón al que sacar provecho sumando nuevos modelos a los que ya ofertaban, pese a que no protegen del virus. Fendi, Louis Vuitton y Off White ya han agotado las existencias de las suyas pese a su coste, que oscila de los 100 a los 200 euros por unidad.
Otro recurso del que están haciendo uso personas de todos los países afectados por esta pandemia son los guantes de látex. Sin embargo, la OMS también tiene sus reservas sobre este recurso.
Llevar guantes como precaución para protegernos contra el coronavirus puede tener un efecto inverso y contribuir a expandir más la infección, alertan expertos del organismo de salud. Si se quieren utilizar, es esencial saber ponérselos, llevarlos y quitarlos correctamente para que resulten efectivos; si no, “puede ser peor el remedio que la enfermedad”, advierten.
La OMS solo recomienda llevar mascarillas en público si se sospecha que estamos infectados.
Y en ese caso, hay que quedarse en casa, en cuarentena, y contactar con sanidad para que nos lleven un seguimiento.