Una de las piezas claves en el engranaje de un departamento de Redacción, sin lugar a dudas lo es el corrector de estilo.
Profesional que debe poseer una vasta y sólida formación académica, realiza una labor sumamente importante dentro del contenido informativo de cada material noticioso, de manera que éste llegue al público muy depurado así disfrutar el lector de pequeña escala cultural de una lectura fácil, amena y comprensible.
Artífice de categoría dentro del orden jerárquico, este especialista se esmera para que el trabajo del informador cumpla su cometido orientando, asesorando y guiando al periodista en todo lo concerniente a su quehacer cotidiano.
Cual cirujano, que donde considera debe extirpar, agregar o modificar, el corrector de estilo tiene que poseer una amplia visión y conciencia de aquello que debe ser publicado; cuida de la línea editorial del medio donde ofrece sus servicios y asiste al jefe de redacción en todo lo relativo a la veracidad y publicación de las noticias.
Se asegura que las informaciones estén bien ordenadas; vigila los aspectos gramaticales y ortográficos.
Debe tener inteligencia aguda, buena memoria, amplia cultura y estar actualizado acerca del acontecer nacional e internacional.
Indiscutiblemente, dicho perito viene a llenar una sentida necesidad en toda faena periodística, dada la cantidad de informaciones que muchas veces salen deficientemente redactadas, sin el más mínimo concepto de los principios que deben primar en su elaboración.
Ahí entra este héroe anónimo, para enderezar toda clase de entuertos.
Aunque algunos sectores consideran que el corrector d estilo es una “especie en vías de extinción”, lo cierto es que la labor que realiza contribuye enormemente en el éxito de todo órgano de comunicación masiva, porque en su trabajo no solamente tiene presente al periodista y al público, sino también a toda una potencial legión de lectores que será asidua de ese medio informativo.