Como atinadamente establece el licenciado Modesto Guzmán, quien ha sido el director del Instituto Postal Dominicano por más de una década: el servicio de correo constituye un patrimonio vinculado a la historia de los distintos países, los cuales tienen el compromiso de garantizar la cobertura postal en todos sus territorios a todos sus grupos sociales. Así lo cree quien, en mi opinión, por más de una década ha sido el director del Correo más deficiente de toda la región y que no ofrece las más mínimas garantías de servicios a los ciudadanos dominicanos.

En todos los países el servicio de correo es el principal servicio público de calidad. Sin embargo, en República dominicana este servicio está matizado por la falta de seguridad en la entrega de correspondencia, partiendo del hecho que para poder asegurar la entrega de una correspondencia a través de Inposdom, en cualquier parte del mundo, esta debe estar certificada y pagar RD$1,200 pesos.

Desde mi visión, Guzmán, quien ha sido un crítico de la privatización de los servicios de mensajerías y paquetería en la República Dominicana, está convirtiendo la institución estatal en una especie de Courier privado llamado Inpospak.

Lo que no establece Guzmán es que el sistema postal dominicano ha llegado al punto del descrédito, la desconfianza y el desuso. Desprovisto de la alternativa del servicio postal público, los grandes emisores de correspondencias tales como los bancos, las aseguradoras, las entidades públicas (agua, luz, energía etc.) apelaron a la contratación de servicios privados frente a la inoperancia del correo. Estas deficiencias han sido aprovechadas por emprendedores que han echado a andar pequeñas empresas de mensajerías, transporte de valores y de paquetes, que dado el deficiente servicio del Inposdom, han ampliado significativamente sus servicios tanto local como internacionalmente.

Pienso que el Inposdon se manejan en un contexto institucional donde la ausencia de gerencia es evidente. Se ha convertido E esta institución en un patrimonio particular y República Dominicana tiene un pésimo servicio de correo, perdiendo uno de los principales principios que es la gratuidad y por ende, cada dominicano para optar por estos servicio debe pagar las siguientes sumas:

• Cartas ordinarias locales: RD$7.00 pesos. Este servicio no ofrece ninguna garantía ni seguridad de que su correspondencia llegue a su destino.
• Ordinarias para Estados Unidos: RD$ 15.00 pesos. De igual manera no se ofrece garantías ni seguridad de entrega de su correspondencia.
• El servicio ordinario para ambas categoría nacional y exterior a un costo de RD$35.00 tiene un tiempo estimado de 10 días de entrega, pero no se ofrece garantías de que la entrega se realice, por lo que para que su correspondencia tenga un mínimo de seguridad de entrega en un mínimo de 10 días pero el máximo no se sabe; debe adquirir el servicio certificado y pagar la suma de RD$ 1,200 pesos.

Lo lamentable de todo esto es que esta institución que dirige Guzmán, al margen de recibir su presupuesto, de tener una empleomanía en todo el país, de contar con locales en todo el territorio nacional, no tiene una flotilla vehicular mínima por región que le permita cada día llevar a cada provincia del país las correspondencias. Para esta mínima labor se hace auxiliar de una editora privada que le ayuda a hacer llegar sus valijas a algunas provincias del país, lo que no ha significado un aumento en la eficiencia de este servicio tan vital.

A pesar de estas deficiencias, todos aquellos que no tiene acceso a los servicios privados y muchos dominicanos fuera del país que ignoran el desorden y la vergüenza que constituye esta institución,  insisten en enviar paquetes a sus familiares con las frecuentes denuncias de robo y violación del contenido de los mismos.

De ahí que afirmo que definitivamente esta institución debe ser declarada en emergencia y elaborar un plan urgente para su rescate.