El corto plazo se impone en la planificación de la primera economía mundial

El corto plazo se impone en la planificación de la primera economía mundial

 Washington.– Con un crecimiento que no repunta, una Reserva Federal (Fed) temerosa de hacer descarrilar a los mercados y un Congreso incapaz de acordar planes a más de varios meses vista, la economía de EEUU se ha resignado a avanzar con la mirada puesta en el corto plazo y el fantasma de la recesión siempre presente.

El crecimiento anualizado del 1,2% en el producto interior bruto (PIB) en el segundo trimestre del año ha dejado fríos a los expertos, que esperaban un repunte respecto al comienzo del año con un crecimiento por encima del 2%.

El consumo de los estadounidenses, que supone dos tercios de la economía, generó casi en exclusiva riqueza en la economía estadounidense en el segundo trimestre, mientras que la inversión de capital, indicador del músculo empresarial, perdió gas y ha devuelto las dudas sobre la solidez de los cimientos de la recuperación.

El aumento del consumo y la fuerte reducción de los inventarios sugiere que los consumidores han realizado esas compras gracias a descuentos, mientras que indicadores del largo plazo, como la venta de automóviles, no avanzan y podrían cerrar a la baja a fin de año, según cálculos del sector.

El consumo compulsivo parece compensar, por el momento, a las compras basadas en la planificación y la confianza, mientras la debilidad de las contrataciones y la falta de inversión privada y en construcción indican que también para empresas el corto plazo es más importante que el largo.

El desempleo, por debajo del 5%; los índice bursátiles, que suman alzas desde que comenzó el año; y la subida de los precios del petróleo, no fueron suficiente razón para que en su reunión de esta semana la Fed subiera los tipo de interés por primera vez desde diciembre, cuando puso fin a siete años de tasas cercanas a cero.

“Los riesgos a corto plazo para las perspectivas económicas han disminuido”, señaló en su comunicado la Fed el miércoles, al cierre de dos días de reunión sobre la marcha de la política monetaria, en la que dejó la puerta abierta a una subida en otoño, pero no se refirió a expectativas con un horizonte más distante.

La inflación se resiste a acercarse al objetivo del 2% pese a la inyección masiva de dólares, el consumo récord de los estadounidenses y a que Estados Unidos abandonó oficialmente la recesión en el verano de 2009.

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