Roma. El crucero Costa Concordia, que inició su viaje el pasado 23 de julio desde la isla del Giglio, se encuentra en estos momentos a 10 millas del puerto de Génova, donde está previsto que llegue durante la madrugada del domingo para ser, posteriormente, desguazado. La embarcación, siniestrada en enero de 2012, navega a una velocidad constante de 1,8 nudos (3,3 kilómetros por hora), arrastrada por dos remolcadores y acompañada de otras 12 naves de supervisión, entre ellas una española y otra panameña.
Durante la noche de hoy, el Concordia tuvo que aminorar su velocidad debido al mal tiempo, aunque este inconveniente no causó ningún problema significativo, según aseguraron este sábado los responsables de las operaciones de traslado. Está previsto que el buque llegue al puerto de Génova durante la madrugada de este domingo.
Ya en el destino, los técnicos y operarios encargados de las labores del Concordia realizarán las maniobras convenientes para atracar la nave en el puerto, un proceso que podría durar alrededor de 6 horas. El Concordia se encuentra ya a pocas millas del final de este trayecto, que comenzó el pasado 23 de julio y que le ha llevado a recorrer una distancia de 300 kilómetros aproximadamente, entre la isla de Giglio (centro) y Génova (norte). En el puerto genovés se han habilitado tres dársenas en las que trabajarán un total de 2.000 personas en diferentes fases, en una gran operación que comenzará previsiblemente el próximo lunes y que tendrá un coste de unos 100 millones de euros.
El desmantelamiento del Concordia, de 290 metros de eslora y 61 de manga, se alargará 22 meses y se desarrollará en dos zonas dentro del puerto genovés- el astillero de Prà-Voltri y el de Sampierdarena. En Prà Volti, el crucero permanecerá cuatro meses en los que los trabajadores del puerto retirarán todo tipo de mobiliario que no sea metálico.
Posteriormente, el Costa Concordia será transferido al astillero de Sampierdarena, donde se procederá a su demolición, convertido ya en un enorme amasijo metálico. La tragedia se produjo la noche del 13 de enero de 2012 cuando el crucero, en el que viajaban 4.229 personas, encalló y naufragó en las costas de Giglio mientras se encontraba bajo las órdenes del capitán Francesco Schettino.
En el suceso, 32 personas perdieron la vida y 64 resultaron heridas. Durante este tiempo, la nave ha permanecido en las costas de la Isla de Giglio, inicialmente inclinada y, desde el pasado septiembre, enderezada y apoyada sobre una plataforma submarina. Actualmente, el capitán Schettino afronta un proceso judicial acusado de homicidio culposo múltiple, abandono de la nave, naufragio y de no haber informado inmediatamente a las autoridades portuarias de la colisión.