EL COSTO DEL INGRESO DE RUSIA A LA OMC
Hacer a Moscú miembro del club no es realmente un tema de comercio

EL COSTO DEL INGRESO DE RUSIA A LA OMC <BR><STRONG>Hacer a Moscú miembro del club no es realmente un tema de comercio</STRONG>

Comentario Editorial
Es, en principio, una extremadamente buena noticia que un país con el peso geopolítico, importancia como suministrador de energía y potencial económico como Rusia, esté a punto  de incorporarse a la Organización Mundial de Comercio. Pero la forma en que se maneje su acceso no es una parte menos importante de la historia.

Rusia y Estados Unidos -el otro país con quien Moscú todavía tiene que concluir un acuerdo bilateral sobre su ingreso al órgano mundial de comercio de 149 miembros-, se dice que ya están cerca de un acuerdo que pudiera convertirse en la pieza central de la cumbre del Grupo de los Ocho este fin de semana, en San Petersburgo. ¿Pero de qué trata el acuerdo en realidad?

A primera vista, no tendría demasiado que ver con los propósitos de la OMC -una de las pocas instituciones globales que funciona realmente- que es defender, vigilar y expandir el libre comercio en todo el mundo, y para lo cual la mejor manera es diseminar la prosperidad internacionalmente.

Para ventaja de Rusia y Vladimir Putin, su presidente, un acuerdo con la OMC coronaría una cumbre, que hasta ahora se distingue por: la reunión de activistas de derechos humanos y la democracia; la limpieza de vagabundos de las calles y evitar la amenaza de lluvia para el desfile al instruir a las fuerzas armadas que “siembren” iones en las nubes que inducen la lluvia antes de que lleguen al sitio de la cumbre.

El ingreso a la OMC, por contraste, mostraría al mundo que el oso ruso es amistoso y puede formar parte del “club”, además de legitimar su membresía y presidencia del G8. También ocultaría la vacuidad de la propia cumbre.

La administración de George W. Bush, que ha arrastrado la credibilidad internacional de EEUU a la baja, también está buscando éxitos diplomáticos, y quizás el acceso privilegiado a los cuantiosos recursos de petróleo y gas  de Rusia, como pieza de cambio para un acuerdo con la OMC.

Dos compañías de energía norteamericanas, ConocoPhillips y Chevron están en la relación élite para obtener una participación en el desarrollo de los vastos yacimientos de gas de Chtokman, en el Mar de Barents, un acuerdo que se cree Moscú tenga como rehén hasta la eliminación por parte de Washington de las barreras finales a su ingreso en la OMC.

Pudiera ser un caso de práctica política -presionar a Rusia para que haga reformas en un momento de máximo potencial-, pero eso no es igual que presionar por una ventaja estrecha de ventaja comercial. Con la oferta pública inicial de Rosneft, en realidad una subasta de activos de energía en disputa, pudiera haber, por ejemplo, un caso fuerte para indicarle a Moscú que su membresía en el sistema de comercio internacional implica el compromiso de garantizar derechos de propiedad estables. China, después de todo, buscó la reforma con todo rigor para lograr el ingreso en la OMC, mientras que Rusia parece ir en la dirección contraria, mientras amenaza con desestimar todas las reglas de comercio adoptadas voluntariamente si no se sale con la suya. 

Pero tratar de hacer de una Rusia espinosa y que resurge algo más que un socio comercial confiable, realmente no forma parte de la orden del día de la OMC, que tiene que ver con tópicos como garantizar la protección de los derechos de propiedad intelectual y la apertura de los servicios financieros y la economía de Rusia con mayor amplitud.

Interrogantes como el historial de derechos humanos de Rusia y su comportamiento como poder regional deberían, por supuesto, ser tomados en cuenta; pero los foros para hacerlo son el mismo G8 y el Consejo de Europa, el que también ocurre que Rusia está presidiendo en estos momentos.

El señor Bush, que se reunía con el señor Putin ayer antes de la cumbre, tenía una buena oportunidad para tocar temas como el uso de la energía por Rusia como arma o política con sus vecinos más cercanos. Este es, después de todo, el presidente que dijo que podía ver el alma del señor Putin.

VERSION: IVAN PEREZ CARRION

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