El crimen sigue desafiante

El crimen sigue desafiante

El atentado a tiros en que resultó herido en la cabeza el abogado y comentarista televisivo José Yordy Veras Rodríguez, hijo del prestigioso jurista Ramón Antonio -Negro- Veras, es un nuevo  desafío para las autoridades de una sociedad que tiene sobradas razones para sentirse asediada por una maquinaria de crimen que parece muy bien afianzada. Veras Rodríguez fue atacado cuando llegaba a las instalaciones del  canal 25, de Santiago, donde produce su programa “Mañana Boreal”.

Las autoridades judiciales y policiales están en el deber de identificar y capturar al o los individuos autores materiales del atentado. Están desafiadas a descubrir los hilos de la trama que ha conducido a esta agresión, sus autores intelectuales y las causas que han motorizado esta conducta criminal. El hecho de que no hubiera robo indica que la misión era objetivamente el asesinato. Veras Rodríguez, como abogado, ha actuado exitosamente en casos penales muy sonados.

Hay que descubrir quién tendría argumentos para atentar contra este profesional del Derecho. El tipo de operación no delata otra cosa que no sea el homicidio, pero es necesario llegar hasta los ejes motrices del atentado, al origen de un posible encargo. La sociedad aspira a una pronta y creíble dilucidación de este suceso.

Haití: punto de convergencia

Bill Clinton, ex Presidente de los Estados Unidos y enviado especial de la ONU para Haití, ha observado con mucho acierto que ese devastado país es el único punto en que coinciden su nación, Cuba y Venezuela. En el contexto de la convergencia de gobiernos en torno a la tragedia haitiana, la valoración que hace Clinton tiene mucha importancia, pues nos permite apreciar qué tan sincero, sólido y ágil debe ser el compromiso de ayudar a resurgir al más pobre de los países del hemisferio.

En la cumbre de Punta Cana puede estar el punto de partida para que la convergencia que ahora se manifiesta en un plano retórico, con tanta fuerza como para unificar pareceres tan disímiles como los de Cuba y Venezuela con el de Estados Unidos, llegue a materializar en el terreno de los hechos. No sólo se necesita la reconstrucción material de Haití, sino fundamentalmente su consolidación definitiva  como Estado moderno y viable.

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