El pais.Entrevista a Carlos Motas, Vendedor de Frutas de la avenida San Martin de Villa Consuelo desde hace 50 años.Hoy/Pablo Matos 1-2-2021
“Ahora no hay de ná”, afirmó el vendedor de frutas Carlos Mota, para hacer referencia a la fuerte crisis económica que hace tiempo le golpea y se agudizó por la pandemia del coronavirus.
Mientras apartaba varias mandarinas para desechar porque no se le vendieron a tiempo, el frutero exclamó que a sus 73 años lo único que desea es un sueldo seguro, “pasar mi vejez tranquilo”, por lo que manifestó que si el presidente Luis Abinader o la primera dama, Raquel Arbaje, le ofrecen algún trabajo lo aceptaría feliz, “hasta de guachimán yo lo cojo”.
La desesperación del frutero de la avenida San Martín es producto de que su trabajo informal, aunque digno, no le permite subsistir más allá del día a día.
Detalló que desde marzo pasado, cuando el virus llegó al país, sus ventas no le permiten comprar en el mercado, sino que consigue sus mercancías fiadas.
Esto debido a que las empresas se vieron forzadas a suspender a muchos trabajadores y “prácticamente la avenida quedó vacía”. Pese a ello, aunque por su edad es presa fácil del coronavirus, Mota día tras día establece su guagüita y se expone al contagio, pues tiene que conseguir “el mangú del mediodía”.
“Ya tu sabes si no se vende ahora que hay gente, menos en este tiempo”, señaló el vendedor.
Hace 50 años que el frutero vende en el lugar, pero narró que ahora le va peor que nunca. Para evidenciar “lo difícil que es su vida”, la cual enfrenta en soledad porque sus hijas están casadas, sostuvo que compra el huacal de guineo a 700 pesos y que en 4 días solo le gana 100 o 200 pesos.
“A veces las frutas se dañan y tengo que botarlas, Mire a veces yo no tengo ni para pagar mi casa, así que si usted me trajo algo lo puede echar en esa funda”, declaró el vendedor.
Como dice, desesperanzado, que a su edad nadie le asegurará con un trabajo en el que pueda tener un sueldo seguro, Mota vive sus penurias en el Edén de Villa Mella, en Santo Domingo Norte. Sin embargo, ni siquiera allí puede ignorar por ratos su miseria, porque la televisión que tiene está dañada, la cama está a “merengue de cuña” y destacó que le pondrá un block para acostarse y no caerse.
No obstante, aseguró que cada día lee la frase que tiene en su negocio y eso le da fuerza para seguir. La frase reza “gracias Señor, el que trabaja goza y el sol sale para todos”.