El cuidado de las orquídeas

El cuidado de las orquídeas

Las orquídeas representan la familia más numerosa del reino vegetal, conformada por unas 35 000 especies y cerca de 100 000 híbridos, que se van creando con el paso del tiempo y el cruce de diferentes variaciones.

Aunque son las favoritas de muchos, no todos saben el cuidado que éstas requieren para que se mantengan en óptimas condiciones.

El agrónomo Zoilo Richardson, encargado del Pabellón de Orquídeas del Jardín Botánico Nacional, y que ha trabajado de cerca con estas flores por más de 20 años, explica que hay dos puntos importantes para asegurarnos de tener una planta saludable: veneno y comida.

Por su vistosidad, las orquídeas son las predilectas de ciertos ácaros e insectos como los áfidos.

“Hay síntomas que podemos ver: los ácaros empiezan a atacar en la parte de atrás de la hoja, que se llama envés, y esta comienza a ponerse de color blanco o crema”, explica Richardson.

Cuando observemos estas señales debemos proceder a aplicar el acaricida o insecticida que nuestra planta requiera.

Abonos. Las orquídeas requieren dos tipos de abonos: abono de mantenimiento y abono de floración. Éstos deben ser abonos granulados de descomposición lenta, llamados nutricotes y su fórmula es 13-13-13; es decir, trece partes iguales de nitrógeno, fósforo y potasio. El abono de floración, en cambio es de una fórmula numérica distinta: 15-30-15; y es importante para que nuestra flor pueda obtener ese lucimiento que buscamos.

Además de esto, Richardson señala que la luz y la ventilación son cruciales, ya que “a las orquídeas les gusta mucho la luz y estar ventiladas. En el caso de los dendrobium, por ejemplo, les gusta tener desde de 80 a 100 por ciento de luz”, concluye.

Richardson advierte que es vital conocer qué especie tenemos en mano, ya que cada una requiere de un mantenimiento distinto.

 

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