El Dandy Dominicano, la estatua y el nombre del Estadio

El Dandy Dominicano, la estatua y el nombre del Estadio

A mediados de la década de los 60 la renombrada revista norteamericana Time dedicó su portada y un amplio reportaje al entonces sensacional joven lanzador Juan Marichal Sánchez, de los Gigantes de San Francisco. La publicación lo presentaba con el sobrenombre de “The Dominican Dandy” tanto por su atractiva imagen como por su inimitable estilo de lanzar que se caracterizaba por el alzamiento de su pierna izquierda, colocándola casi vertical, que utilizaba como táctica para ocultar el tipo de envío hasta que soltaba la pelota.
El reportaje contiene un pormenorizado recuento desde sus inicios hasta su ascenso a las mayores en 1960, cuando registró un auspicioso debut lanzando un juego de un solo hit contra los Filis de Filadelfia, el cual terminó en una blanqueada con doce ponches. A partir de ese momento se forjaría una de las leyendas más asombrosas del “big show” que culminaría con su retiro en el año 1975 y su posterior exaltación al Salón de la Fama de Cooperstown en 1983.
Marichal revelaría en la entrevista interesantes pormenores sobre su vida y sapiencia sobre el montículo; también se incluían elogiosas opiniones de grandes toleteros y especialistas sobre el dominio del excepcional lanzador. Se afirmaba que su repertorio dependía de una variación de 13 lanzamientos, un caso único en los anales del espectáculo de las bolas y los strikes.
Destacaba el hecho de que tenía tres mociones distintas de lanzar la recta: por encima del brazo, por el lado del brazo y tres cuartos del brazo. Entre sus demás envíos, el más efectivo era screwball o tirabuzón. Su control era una de sus armas más efectivas; otorgaba menos de dos bases por bolas por cada nueve entradas lanzadas.
Uno de los cumplidos más elocuentes provino del estelar intermedista Joe Morgan, dos veces Jugador Más Valioso de la Liga Nacional con los Rojos de Cincinnati, quien expresó lo siguiente: “Es tan difícil conectarle de hit a Marichal que cuando uno lo consigue merece que detenga el juego y le hagan entrega de la bola para que la guarde de recuerdo.”
Cuando el gran jonronero Frank Robinson fue cambiado de liga al pasar de los Rojos de Cincinnati a los Orioles de Baltimore, dijo: “Qué bueno que me hayan cambiado a la Liga Americana, porque ya no tendré que enfrentarme con Juan Marichal”.
En una encuesta realizada por la prestigiosa revista Baseball Digest, se les preguntó después de su retiro a Pete Rose y Hank Aaron sobre el lanzador más difícil al que se habían enfrentado en sus ilustres carreras. El primero poseedor del récord de mayor cantidad de hits conectados en la historia (4,256), dijo que sin duda el más difícil de todos había sido Juan Marichal; Aaron hasta entonces el rey de los jonrones con 755, también sostuvo que el derecho dominicano era el más difícil. Se debe constar que ellos también tuvieron que medirse con otros grandiosos serpentineros como Sandy Koufax, Bob Gibson, Don Drysdale, Tom Seaver, entre otros.
Al ponerle fin a su carrera los números totales fueron los siguientes 243 victorias y 142 derrotas; promedio de efectividad 2.89, 52 blanqueadas, 2,303 ponches, 3,506 entradas y 709 bases por bolas; tuvo seis temporadas de 20 ó más victorias.
En el 2005 fue develada una estatua de nueve pies de altura en la parte posterior del parque SBC, hogar de los Gigantes localizado en la bahía de la ciudad de San Francisco. El martes 7 de este mes de junio fue develizada una estatua de Juan Marichal en un acto solemne en la parte frontal del Estadio Quisqueya Juan Marichal, por iniciativa del Ministerio de Deportes.
Lo que no se explica es por qué el proyecto de Ley presentado hace alrededor de dos décadas por el entonces diputado Billy Álvarez para que se le pusiera el nombre del inmortal lanzador se mantuvo durante tanto tiempo engavetado en las cámaras legislativas. Debo reconocer que ignoro las razones para que tenga dos nombres: Estadio Quisqueya Juan Marichal. Así como en Borinquen hay un estadio Roberto Clemente, lo mismo merece el antiguo Quisqueya, llamarse Juan Marichal.

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