El Danubio es azul; “Vimpat”

El Danubio es azul; “Vimpat”

Con motivo del “28avo. Congreso Europeo de Epilepsia”  celebrado en Budapest, Hungría, y en razón de  que se presentó  a la comunidad  científica como primicia a nivel mundial un nuevo medicamento contra las convulsiones epilépticas, fuimos invitados por los Laboratorios UCB a participar junto a los expertos en este campo de la neurología, en la presentación del “Vimpat” medicación  antiepiléptica, que nace de modo revolucionario si se quiere, pues es el primer medicamento contra las temidas convulsiones con todas las presentaciones de inicio, cápsulas orales, suspensión infantil y para uso intravenoso.

Llegamos de noche a Budapest, con el conocido cansancio que da el famoso “Jet lag”, fue al despertarnos el día siguiente y correr las cortinas del hotel Ramada Plaza, frente al Danubio, que aprecíamos en toda su dimensión el emblemático río.

Debo compartir con los  amables lectores el hecho de que me remonté a mis años mozos, donde varias veces fui chamberlain en la celebración de algunos 15 años y en la  época se iniciaban esas fiestas bailando el famoso vals.

Pero tuve una de esas “desilusiones”  de adolescente, había llovido mucho en toda Europa y no estaba azul, el río más largo de Europa, que nace en la selva Negra, atraviesa Alemania, Austria, Hungría y Rumanía y muere en el mar Negro; no tenía el encanto  “azul” que había soñado en mis años juveniles.

Ese domingo,  recorrimos Budapest, guiado por una simpática señora húngara con acento “madrileño”. Samanta, la que  nos atencionó finamente  a nombre de los laboratorios, y al final les diré algo que nos pidió para recordar de su país.

En verdad,  Budapest, es una ciudad de atractiva atmósfera, con un rico paseo histórico, pertenece a las capitales “imperiales” de Europa, de un bello panorama, es visitada anualmente por más de 7 millones de turistas, a diferencia de París que son 27, tal vez esa sea la razón de la conducta poco “amigable” de los parisinos.  El recorrido lo iniciamos en el edificio  del  Parlamento, que es el mayor del  mundo, hermoso edificio mezcla de estilos  barroco o clasicista con algunos elementos góticos, se yergue majestuoso frente al Danubio; luego pasamos al  Puente de las Cadenas, el más antiguo de la ciudad, donde por ser domingo había un mercado con todos los elementos folclóricos de ese país; antes visitamos la Academia de Ciencias. Pasamos al frente del antiguo  Palacio Real, que es hoy una biblioteca y museo.

En realidad, Budapest son dos ciudades en una, separadas ambas por el Danubio. Buda, es la parte alta de la ciudad, significa lugar fresco; la parte de la planicie de la ciudad es Pest, que quiere decir horno, lugar caliente.

Pero volvamos a la ciencia, esta nueva medicación antiepiléptica, la Lacosamida, que se comercializará como “Vimpat”, tiene muchas de las características que la hacen desde su inicio una medicación promisoria: absorción rápida,  buena tolerabilidad,  que no interactúa con otros medicamentos, etc.

En fin, qué procuramos los neurólogos, al manejar estos pacientes: tratar de lograr eliminar las convulsiones, pero al mismo tiempo mantener el menor número de efectos secundarios para que el paciente pueda llevar su vida los más normal posible.  La presentación de este medicamento se realizó en una elegante noche señorial en el Museo de Bellas Artes.

El  día terminó  en el restaurante Kispia, donde disfrutamos de la  gastronomía húngara, desde lo alto del barrio del castillo, con una hermosa vista de toda la ciudad. En la oportunidad la atenta guía, nos pidió que por favor recordáramos su ciudad con un Danubio,  el que teníamos a los pies, pero que fuera de color azul.

Me sonreí dentro de mí, no sólo yo sino toda la comisión de dominicanos, los doctores Diógenes Santos, Enrique Cantizano y Franklin Montero.  Budapest nos dejó una muy grata impresión, y aceptamos con escepticismo  de que siempre el “Danubio es azul”,  condición previa según la guía, estar enamorado. 

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