El Darío Contreras con  deudas,
superpoblado y  muy hacinado

El Darío Contreras con  deudas, <BR>superpoblado y  muy hacinado

El hospital traumatológico Darío Contreras, que atiende   un promedio de 60,000  emergencias y realiza entre 10,000 y 12,000 cirugías complejas por año, está “ahogado” en deudas porque la subvención mensual de RD$7.5 millones  apenas alcanza para el mantenimiento de la vieja edificación que lo aloja.

A la precariedad económica se añade la violencia e inseguridad a las que están expuestos el personal médico, enfermeras y porteros, debido a que el centro carece de servicio de seguridad porque el Estado no les asigna vigilancia militar.

Por la falta de dinero, la administración tuvo que suspender un servicio de seguridad privada por el que pagaba RD$90,000 al mes. Insostenible para sus finanzas.

Este hospital carece de todo y el personal médico trabaja a expensas de que los familiares y bandas que se enfrentan por riñas, drogas y alcohol, hieran a médicos y porteros.

Colapso.  “Esta estructura colapsó, no se puede remendar más”, dijo el director Héctor Maceo Quezada, al mostrar la humedad y el hedor que producen pozos sépticos dentro del edificio.

El principal hospital de trauma del país tiene su resonador magnético dañado, la humedad, filtraciones y pozos sépticos lo contaminan todo. La deuda de este hospital es actualmente de RD$121 millones. Sin embargo, para el período navideño ya tomaron medicamentos e insumos por valor de RD$10 millones.

Poco dinero.  Nosotros nos hemos hecho especialistas en administrar crisis, asegura el director del centro, mientras muestran que están hacinados y sobrepoblados de enfermos, porque no rechazan pacientes por ser pobres y no tener dinero.

Las quejas.  En este centro existen cajas llenas de expedientes de pacientes que son referidos de hospitales que reciben recursos del Estado, pero refieren a los pobres al Darío Contreras, cuando se percatan de que no tienen dinero, ni están afiliados a una Administradora de Riesgos de Salud (ARS). Las autoridades del centro lamentan que el Estado destine recursos a los llamados hospitales autogestionarios o descentralizados y que estos no atiendan a los que son pobres.                            

Una vergüenza.  La unidad de cuidados intensivos de neurología es toda  una negación científica para tratar a personas que caen hasta en estado de coma.

Camas que parecen plásticas, pies de sueros en medio y la puerta abierta de par en par, son solo algunas de las características que se pueden ver allí.

La violencia.  La inseguridad y la violencia se han convertido en el “pan nuestro de cada día”, pues a este hospital llegan las víctimas, sus victimarios, los familiares de unos y otros y los miembros de la seguridad que tienen que enfrentarse a palos con quienes quieren penetrar a la emergencia a la fuerza.

“Todos quieren entrar a la fuerza a la emergencia, pero no hay militares armados que puedan detenerlos”, asegura el doctor Héctor Maceo Quezada.

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Policía Hospitalaria

Tanto el director como el subdirector del Darío Contreras proponen que el Estado organice una Policía Hospitalaria. En la actualidad, la seguridad  está suelta y la violencia se expande.

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