El debate se agria en Brasil ante juicio político a Rousseff

El debate se agria en Brasil ante juicio político a Rousseff

BRASILIA, Brasil. Amigos y enemigos de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, cruzaron el sábado acusaciones de “golpistas” y “ladrones”, antes de que la cámara baja del Congreso votara si sigue adelante con el juicio político a la mandataria, con unos niveles de hostilidad sin precedentes que despertaron el temor a incidentes violentos.

Los ánimos están caldeados desde que el proceso de impugnación comenzó el viernes en la Cámara de Diputados, donde los legisladores celebraron una acalorada sesión llena de improperios. En el exterior del edificio, se esperaba que masas de manifestantes a favor y en contra llenaran la capital el domingo.

Esta semana se instaló un muro de metal para separar a los grupos rivales por seguridad. Si 342 de los 513 legisladores votan a favor de la impugnación el domingo, el proceso llegará al Senado, donde una nueva votación podría suspender a Rousseff y entregar el mando al vicepresidente, Michel Temer, al que Rousseff ha acusado en los últimos días de formar parte de la campaña en su contra. Si los legisladores votan contra el juicio político, este intento de derrocar a Rousseff habría terminado y cualquier nuevo proceso tendría que empezar desde el principio. Los periódicos han ido actualizando sus sondeos casi cada hora. La votación está demasiado ajustada como para predecir sus resultados, que parecen depender de en torno a una docena de legisladores indecisos.

La presidenta de Brasil afronta el juicio político por las acusaciones de que incumplió las normas fiscales. Sus detractores describen una contabilidad de prestidigitadora que pretendía frenar un descenso de popularidad de su gobierno, en medio de una economía en crisis y con un escándalo de corrupción tan grande que ha golpeado a figuras políticas de todo el espectro político, así como a algunos de los empresarios más ricos del país.

Rousseff niega cualquier mala práctica y afirma que presidentes anteriores han utilizado técnicas de contabilidad similares. Las acusaciones, afirma, forman parte de un “golpe” liderado por la elite tradicional de Brasil para arrebatar el poder al izquierdista Partido de los Trabajadores, que ha gobernado el país durante los últimos 13 años. La votación del domingo se produce mientras el país más grande de América Latina afronta problemas en muchos frentes.

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