El debate sobre la austeridad divide cada vez más a Europa

El debate sobre la austeridad divide cada vez más a Europa

De los Servicios de Hoy. Europa está cada vez más dividida en torno al debate sobre la austeridad que propugna la canciller Angela Merkel, advierte una publicación del diario El Economista.es.

Esto se puso de manifesto el pasado lunes con la dimisión en bloque del Gabinete de ministros de Francia.

Parte del socialismo francés se mostró detractor de una adhesión sin fisuras al rigor presupuestario germánico, en momentos en que el estancamiento económico en Francia parecería desmentir la bondad de los sacrificios que defiende Berlín.

La canciller Merkel ha encontrado en el presidente español, Mariano Rajoy, un aliado en la defensa de sus estrategia de priorizar la reconducción de las cuentas públicas.

En el otro polo está el presidente italiano, Matteo Renzi, que se erige en capitán de la canalización del descontento respecto de unas medidas de ajuste y recortes que entiende lastran la actividad. En este mismo sentido se ha pronunciado reiteradamente el Tribunal Constitucional portugués, que tumba los recortes propuestos por su Gobierno en su sumisión a la austeridad merkeliana. Tras recordar al presidente galo, François Hollande, su compromiso de adhesión a las directrices comunitarias, la Comisión Europea defendió el lunes, no obstante, que los estados miembros promuevan políticas presupuestarias que favorezcan el crecimiento aprovechando la «flexibilidad» que brinda el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, en consonancia con el reciente discurso del presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, la semana pasada en la reunión de banqueros centrales en Jackson Hole.

La llamada de atención sobre la flexibilidad que permite el marco de austeridad del Pacto europeo se fundamenta en un nuevo escenario europeo en el que destaca la flaqueza de la recuperación.

Expertos y organismos internacionales ya vienen recomendando a Europa que adopte medidas de estímulo adicionales a la reconducción de las cuentas públicas.

En este sentido se pronunció el Fondo Monetario Internacional recientemente, al recomendar al Banco Central Europeo adoptar decisiones de estímulo monetario que se traduzcan en mayor dinamismo, ya que «la insuficiente demanda agregada está lastrando la actividad económica real y rebajando la inflación a lo largo de la eurozona».

En este contexto, Francia comienza hoy una nueva andadura con un equipo renovado, pero que debe responder a la demanda de resultados que urge la opinión pública. Todo sucede en un cambio de tercio de la política económica europea, donde se comienza a reconocer la necesidad de adoptar medidas para relanzar la economía en el marco del rigor presupuestario.

Los estímulos monetarios que el BCE se ha avenido a adoptar en junio pasado, supusieron una ruptura con respecto a la manera de actuar de la entidad con sede en Fráncfort, pero todavía son plenamente coherentes con su mandato. Ahora, sin embargo, que las cifras de crecimiento del PIB son tan pírricas (con la casi única excepción de España), el banco central parece abocado a mostrar hasta dónde llega su apuesta por el crecimiento echando mano de una política monetaria directamente inspirada por la Reserva Federal estadounidense.

Dicho en otras palabras, los expertos consultados consideran factible que, entre finales de este año y principios de 2015, la Unión Monetaria experimente su propia ronda del denominado quatitative easing. Se trataría de una ampliación de la base monetaria actuando directamente sobre el sector privado.

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